AVENIDA DEL RÍO Cereté - Córdoba A orillas del Caño Bugre Fotografía inédita Abril de 2015
EL CERETÉ VIEJO
(Poema criollo)
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Yo
siento que la tierra mía
Hermosa
es como un mochuelo
Que
canta finas canciones
Del
aire al caño y el cielo.
Cumbiambas
y melodías
Con
porros que dan aliento.
Y
espantan de las tristezas
Dolores
y desconsuelos.
A
orillas del caño Bugre
Que
escucha y canta en silencio.
¡Todo
lo que ha visto el caño
No
tiene historia ni cuento!
Abuelos
me lo contaban,
Decían
que en el tiempo viejo
La
riqueza era muy grande
Y
Cereté era pequeño.
La
calle vieja rabiza
Donde
está todo el comercio[1].
Era
como un rabo largo
Que
tuerce su senda al medio.
Había
casas bien altas
De
tablas y frescos techos.
Con
corredores alzados
De
ladrillos y cemento.
La
gente muy elegante
Usaba
ropa de género.
Los
viejos muy estirados,
Llevaban
caqui y sombrero[2].
Señoras
bien recatadas
Lucían
sus vestidos bellos.
De
olán y sedas muy finas,
Que
el turco vendía en el centro.
Las
chicas adolescentes,
Hermosas
como un florero.
Lucían
como bellas perlas
Guipur,
tornasol y fieltro.
Las
gentes del populacho
Vestían
otomana y luego[3],
Cuando
hubo platica buena
Los
hombres su dril lucieron.
¿Y
dónde se conseguía
Desde
la coleta al género?
En
las tiendas de los turcos
Que
había en todo el comercio.
Allí
todo revendían
Traído
de Lorica al puerto…
Por
el caño Bugre grande
Que
entonces sí que era grueso.
Se
hallaban ollas de barro,
Tinajas
y tinajeros.
Y
rulas y cucharones
Y
limas hechas de acero.
También
güelentina fina
Y
brillantina pa´l pelo.
¡Todo
lo vendían los turcos
Que
un día llegaron de lejos!
La
vela cartagenera,
También
la esperma de sebo
De
junto del turco había,
Abarcas
de tres puntadas
Hechas
de zurriago viejo
Con
que el pueblo raso todo
No
andaba pata en el suelo.
La
juventud desbordante
Usaba
sedas de lejos.
Porque
la coleta tosca
No
gusta a los mucharejos[5].
Manteca
bien colorada
Con
qué fritar alimentos
Era
de la tierra mía
Lo
que más vendían los viejos.
En
las tiendas de los turcos
Había
frascos bien llenos
De
dulces y arrancamuelas
Y
buchepavos al medio[6].
Aceites
de fina esencia
Y
el de comer que era bueno,
Cuando
los pelaos chiquitos
Se
tapaban por necios.
Pa´
cubrirse la cabeza
De
estos soles tan recios…
Vendían
cocobolo basto,
Sombrero
de napa al viento[7].
Y
a las gentes más pudientes
Les
vendían vueltiao bien hecho.
Con
hebras de caña flecha,
Quinceano
o diecinuevero.
Y
el amansa loco áspero
Era
un suéter muy grueso.
Hecho
con lanas crudas,
Que
usaba el algodonero.
Vendían
gas de alumbrarse
Por
chivos al menudeo[8]…
La
gente llevaba frasco
O
cóncolo para traerlo.
Y
el almidón lo vendían
Para
planchar los coletos,
Dejarlos
bien tiesecitos,
Templados
cual penca ´e cuero.
Y
el taburete de antaño
Junto
al burriquete viejo…
Todo
y más ofrecían
Los
turcos del ventorrero.
¡Hermosa
era la rabiza!
La
calle del gran comercio…
Vendían
de todo los turcos
Y
Cereté era muy bello.
Recuerdos
que se me agolpan
En
la memoria yo siento
Que
hacen hermosa a la tierra
Vivida
por mis abuelos.
Te
quiero tierra adorada
Te
quiero porque yo llevo
Sembrada
en el alma toda
La
vida de tus recuerdos.
Y
aunque no viva en tus casas
Y
aunque no pise tu suelo…
Palpitas
en mi conciencia
Como
el niño ama al abuelo.
¡Que
Dios te bendiga siempre
Mi
Cereté de recuerdos!
Porque
de cara al futuro
Conquistas
recuerdos nuevos.
Madrid
(Cundinamarca)
Mayo
14 de 2015
[1]
Calle rabiza: Hacia 1921 (aprox.) nombre
infamante y burlón que se le dio a la calle central del comercio, porque para
una fiesta del 11 de noviembre (Independencia de Cartagena de Indias), quedó en
último lugar en el concurso local de la calle más adornada. Para quitarse el
remoquete burlesco sus habitantes decidieron rebautizarla Calle del comercio, como se conoce aún hoy en día.
[2]
Era costumbre generalizada en los municipios del antiguo departamento de
Bolívar que los hombres, generalmente adultos y mayores, usaran pantalones de
tela supernaval o caqui, bien planchados y almidonados. Con camisas manga
larga, generalmente blancas. Se amainaba un poco el sofocante calor con un
sombrero sabanero de alas anchas.
[3]
Otomana: Tela antigua muy barata, que
generalmente se usaba para forrar colchones. Vestirse de otomana llegó a ser
sinónimo local de condición muy humilde. En principio esta tela era importada y
distribuida en los municipios ribereños de Córdoba y Bolívar por los
inmigrantes sirio libaneses. Después fue producida en el país.
[4]
Chivo: era la denominación popular
antigua para la moneda de un centavo, acuñada por lo general con aleación de
cobre.
[5]
Coleta: Tela tosca antigua de origen
español, fue introducida localmente por los primeros colonizadores y con metros
de coleta se llegó a pagar e jornal semanal de trabajo, en algunas haciendas y
aparcerías sinuanas antiguas.
[6]
Golosinas cordobesas antiguas, hoy en día venidas a menos. Las arrancamuelas eran dulces hechos de azúcar fundida, teñidos de
rojo con esencia de cola. Les adicionaban un poco de coco fino rallado. Los buchepavos eran pepitas pequeñas de
colores varios, hechas de azúcar pulverizada. En su centro tenían una semilla
de ajonjolí.
[7]
Cocobolo: Sombrero barato popular,
hecho con caña flecha, generalmente coloreada con tintes de anilina. Los
recogedores de algodón acostumbran usarlo para defenderse del látigo de la
resolana canicular.
[8]
Gas: Nombre local con que se denomina
aun hoy en día al derivado del petróleo que en otros lugares es denominado kerosene.
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Espacio dedicado al estudio de las ciencias humanas y sociales en la ilustre Capital del Oro Blanco. Se publicarán artículos, crónicas, ensayos, poemas alusivos y reflexiones, cuyo eje sea Cereté. Los textos son responsabilidad de sus autores, lo mismo que su material gráfico. Están registrados en la DNDA, los cobija la ley de propiedad intelectual. Se pueden emplear siempre que se haga la debida cita bibliográfica y/o web gráfica. Los ensayos están respaldados por investigaciones históricas.
SOL OMNIBUS LUCET
jueves, 14 de mayo de 2015
EL CERETÉ VIEJO (Poema criollo)
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