SOL OMNIBUS LUCET

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miércoles, 3 de agosto de 2016

EL PARQUE CENTRAL ANTONIO NARIÑO DE CERETÉ – CÓRDOBA APUNTES PARA UNA HISTORIA

TRADICIONAL PROCESIÓN CERETEANA EN HOMENAJE A LA VIRGEN DEL MONTE CARMELO O VIRGEN DEL CARMEN
Esta costumbre rememora el culto colonial a la Virgen de las Candelas o Virgen de la Candelaria
que aún pervive a despecho de la modernidad y la postmodernidad
EL PARQUE CENTRAL ANTONIO NARIÑO DE CERETÉ – CÓRDOBA
APUNTES PARA UNA HISTORIA
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

Uno de los sitios más emblemáticos de la Capital del Oro Blanco es sin duda alguna el Parque Central Antonio Nariño, espacio este a la manera del ágora de los antiguos griegos, en el cual confluyen las principales arterias vehiculares de la ciudad. La historia de este parque se remonta en la historia, en el presente escrito intentaremos seguirle el rastro hasta donde los registros escritos lo han permitido hasta el momento, enriquecidos con los recuentos orales de esos invaluables testigos vivos de nuestra historia que son nuestros abuelos y ancianos.  

1. El nombre original de Cereté habría sido San Antonio y las Ánimas de Mocarí[1]. ¿Por qué San Antonio? Originalmente desde los tiempos de su creación definitiva hacia 1721, Cereté había tenido como patrona eclesiástica la advocación de la virgen de las candelas o Nuestra Señora de la Candelaria. Ello quizás en razón que la encomienda de indios que diera origen posterior a Cereté, le perteneciera a la conquistadora y pacificadora doña Francisca Baptista de Bohórquez, quien fuera muy devota de la Virgen. Francisca era una mujer española de temple y carácter, que mantuvo más bien relaciones cordiales con los indígenas zenúes, quienes le compartieron parte de sus saberes ancestrales de quema de la tierra y tala de árboles, entre otros, a cambio de protección de la encomendera. Con la llegada al trono español de los monarcas franceses en 1720, con Felipe V de Borbón a la cabeza, la encomendera perdió todos estos terrenos en virtud de la denominada Ley sálica traída por los Borbones. Las tres grandes encomiendas que entonces gobernara aquella le fueron arrebatadas, porque los tiempos del machismo administrativo habían llegado. El gobernador de Cartagena de Indias le arrebató gradualmente a Francisca las tierras de Cereté, Tolú, la Ciénaga del Oro, San Sebastián de Urabá, Momil y Sabaneta. Ella vivía en una de sus dos haciendas, en Chuchurubí. El gobierno de estas tierras pasó a manos del gobernador de Cartagena y del obispo, entre otros.

2. El 23 de junio de 1732 se creó el curato de Cereté-Mocarí, bajo la advocación eclesiástica de San Antonio de Padua, un santo portugués. La Compañía de Jesús asumió entonces el duro proceso de evangelización de los indígenas zenúes asentados en este territorio, que entonces era malsano y anegadizo, próximo al caño Bugre. Es de notar que la cabecera municipal, hacia 1723-1725, no quedaría donde actualmente se halla, sino en el corregimiento de El retiro de los indios[2]. Los indios zenúes se hallaban indistintamente mezclados en el territorio con indígenas ticunas y oriundos de Urabá, quizás también con emberas y del Darién, dado el parentesco de dichas lenguas[3]. En razón de las continuas inundaciones del caño Bugre, los padres jesuitas optaron finalmente por un nuevo y definitivo traslado de la cabecera municipal, hacia un lugar seco y al resguardo de las avenidas periódicas de agua, ubicado entre mogotes o elevaciones de tierra artificiales, fabricadas anteriormente por los propios indígenas zenúes. Se halló un emplazamiento muy adecuado a varios metros del caño Bugre, pero al resguardo de sus acometidas. Se habría trazado a cordel la que sería posteriormente la calle del comercio de Cereté, a cuyo término se elevaba la plazoleta circular presidida por la pequeña ermita pajiza.

3. Tenemos entonces que hacia 1732 el centro urbano del Cereté actual habría echado sus primeros cimientos. Las obras de adecuación irían de la mano de la evangelización de los naturales, por cuenta de los padres jesuitas.  Se levantó la primera ermita cereteana, dedicada a San Antonio de Padua. Pero los indígenas de la población no olvidaban el culto a su primera patrona, la virgen de la Candelaria.

4. Afianzada la república entre 1819 y 1830 (año de la muerte de Simón Bolívar en Santa Marta), el parque que inicialmente se habría llamado de San Antonio, asumió el nombre de uno de los precursores de la gesta emancipadora del virreinato de la Nueva Granada. ¿Por qué razón? De esa manera se contemporizaba con el nuevo ideal revolucionario. A comienzos del siglo XX en el Cereté contemporáneo, la iniciativa la llevaron a cabo familias patricias cereteanas, oriundas de Cartagena de Indias, de innegable estirpe y tradición española. La principal de esas familias fue la de los Burgos Cordero. De otra parte en el año 1904 el gobierno nacional había creado el Departamento de Nariño, en el sur del país, segregado del antiguo Estado Soberano del Cauca. Las familias conservadoras cereteanas de esa forma se congraciaban con el gobierno central, presidido por el Gral. Rafael Reyes y lo hacían en estrecha concordancia con el patrono eclesiástico San Antonio de Padua de los tiempos de la colonia.

ESTATUA DEL PRECURSOR DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL DE COLOMBIA
DON ANTONIO NARIÑO Y ÁLVAREZ

PLAZA NARIÑO EN PASTO (NARIÑO)
2015
5. Más recientemente el ya tradicional Parque Antonio Nariño de Cereté sufrió una serie de adecuaciones y remodelaciones. Miremos las más significativas. Durante el gobierno departamental del millonario cereteano don Miguel García Sánchez (1953-1957), fue construido el Hotel Plaza de Nariño en un punto perimetral del parque[4]. Don Miguel había construido en 1945 el coso taurino de la ciudad o plaza de toros El Socorro. Y era frecuente la visita de grandes personalidades a Cereté, entre visitantes, ganadores y toreros, que necesitaban un lugar digno donde alojarse. El Parque Antonio Nariño se engalanaba con centenarios higos que venían desde finales del siglo XIX. Doña Berta Alicia Bautista de García nos da esta valiosa referencia: “Había varios palos de higo alrededor de la rueda del parque central Antonio Nariño. Pero había dos que eran muy antiguos y eran bastante frondosos. Uno tenía forma de copa y otro de cáliz. Esa era la forma que se les mantenía cada vez que se podaban”[5]. Como podemos notar prevalecía el sentimiento religioso. La referencia habla de 1920 hasta 1940 y 50 aproximadamente.

PALACIO MUNICIPAL DE CERETÉ - CORDOBA
En un angulo del actual Parque Central Antonio Nariño
2015
En el centro del parque se alzaba el busto en concreto pintado de dorado, del precursor don Antonio Nariño y Álvarez. Don Alfonso Spath Spath fue el primer alcalde elegido popularmente en Cereté (1988-1990). Él acometió grandes reformas en el parque y determinó la tala de algunos de sus centenarios higos, lo cual causó molestia e inconformidad entre algunos sectores de la opinión cereteana. En algunos espacios de concertación en el municipio el alcalde era llamado con el apelativo irónico-chistoso de: “el huracán Joan”, porque el alcalde Spath llegó a  la administración cereteana y todo lo acabó, principalmente con el parque Antonio Nariño[6].  En esta remodelación el tradicional busto de Nariño desapareció. El parque fue re arborizado con platas veraneras o trinitarias, en reemplazo de los higos talados. Estas plantas dieron belleza y vistosidad al parque.

ANTIGUO PARQUE CENTRAL  ANTONIO NARIÑO DE CERETÉ - CÓRDOBA
Adornado con las plantas veraneras. Ya sin los tradicionales higos que lo adornaban.
Y sin el busto del precursor
1987 (aprox.)
Recientemente el antiguo Parque Antonio Nariño de los cereteanos fue radicalmente remodelado, en un hecho sin precedentes en la historia local. Durante el mandato del alcalde Francisco Padilla Petro (2012-2015), la rotonda vehicular circular que servía de base al parque fue destruida hasta el nivel del piso. Un nuevo diseño urbanístico amplió el parque y fueron suprimidos los espacios adyacentes. Se adoquinó el piso, se ubicaron espacios de jardinería en diseños geométricos y se ubicaron bancas para sentarse. Estos drásticos cambios no fueron del gusto de los tradicionalistas del municipio de Cereté, quienes veían así destruido y reemplazado un ícono del pasado de la ciudad. De otra parte causó indignación el hecho que se variara el nombre ya centenario de Parque Antonio Nariño por la variante Plaza Central. De esa forma se desconocía de un plumazo la historia del nombre del precursor de los colombianos en el principal parque de los cereteanos.

PLAZA CENTRAL ANTONIO NARIÑO
Cereté - Córdoba
2015
La Plaza Central de Cereté siempre llevará el nombre  del precursor de nuestra independencia Nacional, don Antonio Nariño y Álvarez,  porque las leyes arbitrarias nunca jamás podrán borrar el sentir de todo un pueblo. Y Cereté ha sido y seguirá siendo una ciudad de ideales patriotas y republicanos, respetuosa de su historia.






[1] Ver: FALS BORDA, Orlando. Retorno a la tierra: Historia doble de la costa. Eds. Carlos Valencia Editores. Bogotá (Colombia), 1986. pág. 47 A, vol. 4
[2] Referencia oral directa, debida a la profesora y docente cereteana: Berta Alicia Bautista de García. Agosto 3 de 2016
[3] FALS BORDA. Op. Cit.
[4] GARCÍA SÁNCHEZ, Miguel. El proceso de Cereté. Eds. Kelly, Bogotá (Colombia), 1986
[5] Referencia oral directa. Agosto 3 de 2016
[6] Referencia oral directa, por: Álvaro Alejandro Martínez de la Rosa, 2013 (aprox.)

lunes, 25 de julio de 2016

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA BANDERA TRICOLOR DEL MUNICIPIO DE CERETÉ


BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA BANDERA TRICOLOR DEL MUNICIPIO DE CERETÉ AL CUMPLIRSE 30 AÑOS DE SU ESTRENO OFICIAL
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
La bandera tricolor del municipio de Cereté (Córdoba), en el medio Sinú, fue diseñada en 1985 por el entonces alcalde de los cereteanos, Francisco Pineda García, quien había sido nombrado en el cargo – como entonces se hacía-, por el gobernador de Córdoba Fernando Salas Calles.  La iniciativa del joven administrador de empresas fue dotar a su municipio natal de un símbolo que mucha falta le hacía: la bandera. 
FRANCISCO DE PAULA PINEDA GARCÍA
Diseñador de la bandera tricolor de los cereteanos, en diciembre de 1985
¿En qué se inspiró? Preguntado sobre el tema, dijo haberse inspirado en la composición cromática de una mata de algodón cereteana en plena producción de la fibra, entre los meses de abril y mayo cuando el sol canicular veraniego golpea nuestra tierra con toda su intensidad.  Francisco Pineda García  presentó en diciembre de 1985 el proyecto de bandera al Concejo Municipal, sustentando y explicado con un poema de su autoría cuya copia parece haberse perdido. Luego de tres debates el Concejo lo aprobó, mediante el acuerdo municipal N° 30 de diciembre 2 de 1985. La bandera fue estrenada oficialmente en el marco de la celebración de las fiestas de la Candelaria, el 2 de febrero de 1986 y fue bautizada por Monseñor Darío Molina Jaramillo, obispo de Montería.   ¿Qué significan sus colores? El amarillo oro alude a la riqueza aurífera de los primitivos indígenas zenúes que habitaron el valle del Sinú y que son reconocidos a nivel mundial entre los mejores orfebres. Heráldicamente significa: poder, riqueza, luz, constancia y prosperidad.  El blanco tiene un doble significado; por un lado alude al anhelo y la vocación de paz de los cereteanos. Un segundo sentido alude al hecho que Cereté fuera considerada capital colombiana del algodón, lo que le valió el apelativo de Capital del oro Blanco. Heráldicamente significa: pureza, fe y obediencia.  El verde oliva de la base de la bandera alude a la enorme riqueza y potencial agrícola del municipio de Cereté. Heráldicamente significa: esperanza, fe, amistad, servicio y respeto. 

En febrero de este año 2016 el tricolor de los cereteanos cumplió 30 años de haberse estrenado oficialmente.

La bandera de Cereté, escoltada respectivamente por las banderas del Departamento de Córdoba y de la república de Colombia
En el Parque Central Antonio Nariño de Cereté - Córdoba
2015
La bandera cereteana fue honrada y explicada en el siguiente soneto, entre los suspiros nostálgicos del hijo en la lejanía…

BANDERA DEL MUNICIPIO DE CERETÉ
(Soneto)

Bandera cereteana... La memoria
Revive del ayer con añoranza…
El tiempo en que forjaron tu semblanza,
Nacida al margen mismo de la historia.

Con oro filigrana de la gloria
Del ámbito zenú, tu ser avanza.
Conquistas las alturas con templanza
¡Con blanco de alborada ejecutoria!

Tu verde esmeraldino de esperanza
Es límpida pastura en lontananza
Que traza un porvenir de heroico vuelo.

¡Cruzada sobre el pecho, con dulzura!
Te llevo como heráldica figura
De amor a mi terruño y a su suelo.

Nabonazar Cogollo Ayala
Junio 17 de 2012
El Yopal (Casanare)

Puente metálico de Cereté sobre el caño Bugre
Fue concluido en mayo de 1958
Durante el gobierno intermedio de la Junta Militar que precedería al Frente Nacional en Colombia
    

lunes, 17 de agosto de 2015

LA ÑATA DEL VENTORRO (Poema criollo)

AVENIDA DEL RÍO
CERETÉ - CÓRDOBA
Fotografía tomada en abril de 2015
LA ÑATA DEL VENTORRO
(Poema criollo)
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

Allá por la finca vieja
Donde crecí de pequeño
Ahora quiero contarles
Historias que yo recuerdo.

Cerca de la finca había
En el camino más viejo…
El ventorro de Juanita
La que vendía caramelos.

-¿Y eso dónde quedaba?
-En el Cereté más bello…
Más no por su casco urbano
Sino en Los cañitos, viejo.

En cada tarde yo iba
A comprar el confitero…
Y Juana Sánchez vendía
Amable y con mucho esmero.

La tienda que era bien grande
Tenía un techo de alero
Y una reja de madera
Y bancas de gris concreto.

-¡Me venden arrancamuelas!
-¡Ya voy que volar no puedo!
Gritaban de adentro fuerte
Con voces de desespero.

-¡Despachen que quiero avena!
¡Despachen que gas yo llevo!
Despachen, despachen, Juana
Que todo lo compro nuevo.

 A veces vende en la tienda
José Gregorio el chicuelo,
El hijo menor de Juana
Con quien a veces yo juego.

Mas otras vende la ñata
Rosa Isabel la recuerdo,
Es hija mayor de Juana
Y es ñata de nacimiento.

Una noche con Ramona
La cocinera del pueblo
De Severá, que es vecino
De Los Cañitos al medio.

Fuimos a beber gaseosa
Allá al ventorrillo viejo…
Ramona que es burletera
A todo saca gracejo.

Y dice la cocinera…
-Un pintauñas yo quiero:
¿Cuánto vale el pintauñas?
Que aquí yo traje dinero.

La ñata con muchas ganas
Responde sacando pecho:
-¡Edso a ti ted cuedta sdteinta!
¡Sdteinta ted vale edso!

Ramona suelta la risa
Se carcajea por derecho…
La ñata la mira raro
Y le repite aquel precio.

-¡Es ciedto, no ted me budles!
Qued vadle sdteinta, pod ciedto.
-Sí, sí, ya tú me dijiste
Tranquila que yo te entiendo.

Y sigue su burla recia
El rostro de Rosa es serio.
¡Ramona, mi Ramonita
Que a todo saca gracejo!

Al fin compró pintauñas
Y vino de allá sonriendo,
Y burla que burla sigue
Toda la semana riendo.

La tienda que fue ventorro
La de Juanita recuerdo…
¡Hoy ni siquiera ya existe
La casa del viejo alero!

El tiempo todo lo traga
Los años pasaron luengos…
Y mi niñez en la estancia
Recuerdo, que ya soy viejo.

La ñata… ¿qué fue de ella?
No sé pero hoy la recuerdo…
Vendía con su risa fresca
Pirulos y caramelos.

El Cereté de mis días
De niño, yo lo recuerdo
Pervive como una aureola
Dorada entre mis ensueños.

¡Que Dios te bendiga tierra!
¡La casa de mis ancestros!
Que yo mientras tanto canto
En versos mis sentimientos.

Madrid (Cundinamarca)
Agosto 17 de 2015

CAMINO VEREDAL DE CERETÉ
CÓRDOBA - COLOMBIA

jueves, 14 de mayo de 2015

EL CERETÉ VIEJO (Poema criollo)

AVENIDA DEL RÍO
Cereté - Córdoba
A orillas del Caño Bugre
Fotografía inédita
Abril de 2015

EL CERETÉ VIEJO
(Poema criollo)
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

Yo siento que la tierra mía
Hermosa es como un mochuelo
Que canta finas canciones
Del aire al caño y el cielo.

Cumbiambas y melodías
Con porros que dan aliento.
Y espantan de las tristezas
Dolores y desconsuelos.

A orillas del caño Bugre
Que escucha y canta en silencio.
¡Todo lo que ha visto el caño
No tiene historia ni cuento!

Abuelos me lo contaban,
Decían que en el tiempo viejo
La riqueza era muy grande
Y Cereté era pequeño.

La calle vieja rabiza
Donde está todo el comercio[1].
Era como un rabo largo
Que tuerce su senda al medio.

CALLE DEL COMERCIO - CERETÉ (CÓRDOBA)
Antiguamente llamada: Calle Rabiza
Fotografía inédita
Abril de 2015
Había casas bien altas
De tablas y frescos techos.
Con corredores alzados
De ladrillos y cemento.

La gente muy elegante
Usaba ropa de género.
Los viejos muy estirados,
Llevaban caqui y sombrero[2].

Señoras bien recatadas
Lucían sus vestidos bellos.
De olán y sedas muy finas,
Que el turco vendía en el centro.

Las chicas adolescentes,
Hermosas como un florero.
Lucían como bellas perlas
Guipur, tornasol y fieltro.


CASA TRADICIONAL DE LA CALLE DE LAS FLORES
Cereté - Córdoba
De arquitectura repubicana con elementos neoclásicos en sus columnas
Fotografía inédita
Abril de 2015

Las gentes del populacho
Vestían otomana y luego[3],
Cuando hubo platica buena
Los hombres su dril lucieron.

¿Y dónde se conseguía
Desde la coleta al género?
En las tiendas de los turcos
Que había en todo el comercio.

Allí todo revendían
Traído de Lorica al puerto…
Por el caño Bugre grande
Que entonces sí que era grueso.

Se hallaban ollas de barro,
Tinajas y tinajeros.
Y rulas y cucharones
Y limas hechas de acero.

También güelentina fina
Y brillantina pa´l pelo.
¡Todo lo vendían los turcos
Que un día llegaron de lejos!

La vela cartagenera,
También la esperma de sebo
De junto del turco había,
Por cuatro chivos y medio[4].


CALLE VIEJA DEL CENTRO DE CERETÉ
(Antes del incendio de 1963)

Abarcas de tres puntadas
Hechas de zurriago viejo
Con que el pueblo raso todo
No andaba pata en el suelo.

La juventud desbordante
Usaba sedas de lejos.
Porque la coleta tosca
No gusta a los mucharejos[5].

Manteca bien colorada
Con qué fritar alimentos
Era de la tierra mía
Lo que más vendían los viejos.

En las tiendas de los turcos
Había frascos bien llenos
De dulces y arrancamuelas
Y buchepavos al medio[6].

Aceites de fina esencia
Y el de comer que era bueno,
Cuando los pelaos chiquitos
Se tapaban por necios.

Pa´ cubrirse la cabeza
De estos soles tan recios…
Vendían cocobolo basto,
Sombrero de napa al viento[7].

Y a las gentes más pudientes
Les vendían vueltiao bien hecho.
Con hebras de caña flecha,
Quinceano o diecinuevero.


VENTA DE MÚCURAS, TINAJAS Y MOLLOS DE CERÁMICA TRADICIONAL
PUERTO WILCHES - CERETÉ (CÓRDOBA)
AÑO: 1920 (APROX.)

Y el amansa loco áspero
Era un suéter muy grueso.
Hecho con lanas crudas,
Que usaba el algodonero.

Vendían gas de alumbrarse
Por chivos al menudeo[8]
La gente llevaba frasco
O cóncolo para traerlo.

Y el almidón lo vendían
Para planchar los coletos,
Dejarlos bien tiesecitos,
Templados cual penca ´e cuero.

Y el taburete de antaño
Junto al burriquete viejo…
Todo y más ofrecían
Los turcos del ventorrero.

¡Hermosa era la rabiza!
La calle del gran comercio…
Vendían de todo los turcos
Y Cereté era muy bello.


MERCADO VIEJO DE CERETÉ
RECUPERADO ARQUITECTÓNICAMENTE DURANTE LA ADMINISTRACIÓN DE DN. ALFONSO SPATH SPATH
Y CONVERTIDO EN SEDE DEL CENTRO CULTURAL RAÚL GÓMEZ JATTIN
Fotografía inédita
Abril de 2015

Recuerdos que se me agolpan
En la memoria yo siento
Que hacen hermosa a la tierra
Vivida por mis abuelos.

Te quiero tierra adorada
Te quiero porque yo llevo
Sembrada en el alma toda
La vida de tus recuerdos.

Y aunque no viva en tus casas
Y aunque no pise tu suelo…
Palpitas en mi conciencia
Como el niño ama al abuelo.

¡Que Dios te bendiga siempre
Mi Cereté de recuerdos!
Porque de cara al futuro
Conquistas recuerdos nuevos.

Madrid (Cundinamarca)
Mayo 14 de 2015
















[1] Calle rabiza: Hacia 1921 (aprox.) nombre infamante y burlón que se le dio a la calle central del comercio, porque para una fiesta del 11 de noviembre (Independencia de Cartagena de Indias), quedó en último lugar en el concurso local de la calle más adornada. Para quitarse el remoquete burlesco sus habitantes decidieron rebautizarla Calle del comercio, como se conoce aún hoy en día.
[2] Era costumbre generalizada en los municipios del antiguo departamento de Bolívar que los hombres, generalmente adultos y mayores, usaran pantalones de tela supernaval o caqui, bien planchados y almidonados. Con camisas manga larga, generalmente blancas. Se amainaba un poco el sofocante calor con un sombrero sabanero de alas anchas.
[3] Otomana: Tela antigua muy barata, que generalmente se usaba para forrar colchones. Vestirse de otomana llegó a ser sinónimo local de condición muy humilde. En principio esta tela era importada y distribuida en los municipios ribereños de Córdoba y Bolívar por los inmigrantes sirio libaneses. Después fue producida en el país.
[4] Chivo: era la denominación popular antigua para la moneda de un centavo, acuñada por lo general con aleación de cobre.
[5] Coleta: Tela tosca antigua de origen español, fue introducida localmente por los primeros colonizadores y con metros de coleta se llegó a pagar e jornal semanal de trabajo, en algunas haciendas y aparcerías sinuanas antiguas.
[6] Golosinas cordobesas antiguas, hoy en día venidas a menos. Las arrancamuelas eran  dulces hechos de azúcar fundida, teñidos de rojo con esencia de cola. Les adicionaban un poco de coco fino rallado. Los buchepavos eran pepitas pequeñas de colores varios, hechas de azúcar pulverizada. En su centro tenían una semilla de ajonjolí.
[7] Cocobolo: Sombrero barato popular, hecho con caña flecha, generalmente coloreada con tintes de anilina. Los recogedores de algodón acostumbran usarlo para defenderse del látigo de la resolana canicular.
[8] Gas: Nombre local con que se denomina aun hoy en día al derivado del petróleo que en otros lugares es denominado kerosene.