SOL OMNIBUS LUCET

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martes, 18 de junio de 2019

HACE SESENTA Y SIETE AÑOS SE CRISTALIZÓ UN VIEJO SUEÑO, SER DEPARTAMENTO



HACE SESENTA Y SIETE AÑOS SE CRISTALIZÓ UN VIEJO SUEÑO, SER DEPARTAMENTO
Por: Nabonazar Cogollo Ayala


¿Sabían ustedes que cuando formábamos parte del antiguo Departamento de Bolívar,  sinuanos, sabaneros y sanjorginos en general éramos menospreciados en Cartagena de Indias, donde nos llamaban “montañeros”? Este tratamiento injusto y discriminatorio aún hasta hace unos años atrás prevalecía entre las gentes de clase media y alta en Cartagena, hacia los hijos de la bella tierra cordobesa. El Sinú –como entonces se hacía referencia a los valles del Sinú y el San Jorge-, era la despensa alimenticia del resto del Departamento de Bolívar, que antes del año de 1952 era tan extenso como la actual república de Nicaragua en América Central. 

La carretera que unía a la lejana capital departamental con Lorica, San Pelayo, Cereté y Montería era una trocha infame cuyo tránsito era peligroso y muy demorado. Unos viejos y destartalados buses hacían el lento y penoso viaje entre estas ciudades y por llevar abundantes aves de corral en la parrilla superior, los llamaban popularmente los “gallineros”. Desde principios del siglo veinte los sinuanos habíamos acariciado la posibilidad de convertirnos en un ente seccional aparte, con categoría de departamento, en el seno de la hermandad colombiana. El general Rafael Reyes conoció las ricas y maravillosas tierras del Sinú y el San Jorge, porque anduvo por acá a lomos de su mula recorriendo los vastos territorios de la administración cartagenera. Las potencias aliadas de la primera guerra mundial pusieron sus ojos en el valle del Sinú como la más rica tierra ganadera, después de la pampa argentina, en América del Sur. Por esa razón Inglaterra envió a que recorriera estas bellas tierras a lomo de caballo a un aventurero de origen escocés llamado Roberto B. Cunninghame Graham (1852 – 1936), quien visitó uno a uno nuestros pueblos y ciudades de la época, dejando constancia de sus opiniones en un extraordinario libro llamado Cartagena y las riberas del Sinú. ¿A qué venía acá “Don Roberto” –como entonces se le llamara aquí-? Su misión era estimular la producción de carne vacuna a gran escala, con el ánimo de exportarla hacia Europa y los Estados Unidos, a manera de despensa cárnica, porque la guerra contra Alemania y sus aliados, necesitaba de enormes cantidades de carne de primera calidad. Don Roberto visitó el Carmen de Bolívar, Sincelejo, Cereté, Ciénaga de Oro, Montería, Sahagún, etc. Estas tierras le parecieron hermosas y aptas para la producción ganadera, pero aconsejó que se lograran los debidos cruces entre razas tanto lecheras como productoras de carne, para lograr especies adaptadas al duro calor de estas tierras. Efectivamente ese consejo se siguió y los ganaderos lograron razas  como el Romosinuano, resistente a las altas temperaturas de nuestro sol canicular. Posteriormente se trajeron otras del extranjero como la Holstein, (lechera) y la Cebú (cárnica), entre otras. ¡El Sinú y el San Jorge empezaban a resurgir!

El inspirador e incansable batallador de la idea “Departamento de Córdoba”, fue don Remberto Burgos Puche, político y abogado oriundo de Ciénaga de Oro, quien había sido elegido en calidad de senador suplente hacia 1947 ante el Congreso, pero en representación  del departamento de Bolívar. Este político radicó ante el Congreso el Proyecto Departamento de Entrerríos (porque ese era el nombre que en un primer momento se pensó). ¡Quién dijo miedo! Cuando los congresistas bolivarenses se enteraron de la iniciativa en los primeros debates, se dieron fuertes y acaloradas discusiones en la corporación…

-¿Cómo así que se quieren separar de Cartagena? ¡El Sinú y el San Jorge son bolivarenses! Decía uno de ellos, increpando con grandes aspavientos y manotadas al aire, al joven Remberto Burgos Puche, quien se amilanaba un poco ante esos viejos dinosaurios de la política colombiana…
-¡Puede ser! ¡Pero tenemos con qué convertirnos en departamento! Somos una tierra rica, ganadera, productora de alimentos a gran escala, de pesca, frutales y madera. ¡Cartagena nos tiene muy abandonados!
-¡Pues la bancada bolivarense jamás lo permitirá!
REMBERTO BURGOS PUCHE

Y así fue. Los congresistas por Bolívar dijeron que primero muertos antes que apoyar el desmembramiento de su departamento, para formar uno nuevo con capital en Montería. Los apoyadores de la idea vieron cómo se archivaba el proyecto, que parecía haber llegado a su fin.  ¿Qué hacer entonces para no dejar morir la iniciativa? El senador Gilberto Moreno –por el departamento de Antioquia- veía con buenos ojos la idea y desde el primer momento la apoyó. Se reunió con los congresistas antioqueños –que eran muchos más que los bolivarenses-, y logró convencerlos de darles el apoyo a esos jóvenes políticos de la región del Sinú y el San Jorge, porque quizás 

“Antioquia podría salir ganando algo si se creaba el nuevo departamento”… La bancada antioqueña se pronunció… “Apoyaremos la creación del nuevo departamento y cuenten con nuestro voto, pero con una condición: ¡El departamento llevará el nombre del héroe antioqueño José María Córdova y Muñoz!”. Y así fue. 

Se reelaboró el proyecto, se le cambió el nombre y para la próxima legislatura (1950) se volvió a radicar. Esta vez volvió a generar una polvareda, pero tuvo mejor suerte. La idea tuvo que ser aprobada en dos debates, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, finalmente fue expedida la ley novena del 17 de diciembre de  1951… “Por la cual se crea  y organiza el Departamento de Córdoba”.  Los congresistas bolivarenses se retiraron furiosos –
GRAL. JOSÉ MARÍA CÓRDOBA Y MUÑOZ

algunos de ellos-, del recinto del Congreso, hablando de injusticia, desmembración y campaña en contra del Departamento de Bolívar. La ley debía entrar en vigencia seis meses después de haber sido expedida, esto era, el 18 de junio de 1952, exactamente… ¡Día emblemático del nuevo departamento de Córdoba!  Ese día era un miércoles. El presidente de la república (encargado por ausencia temporal del titular) era el general conservador, Rafael Urdaneta Arbeláez. En el avión presidencial el primer mandatario llegó a Montería junto con su esposa, para la inauguración oficial del departamento número 16 de la República de Colombia. Montería estaba vestida de fiesta, en las calles se repetía un grito parrandero… ¡Viva Córdoba departamento! ¡Que viva el departamento de Córdoba! ¡Nacemos a la libertad! El poeta cereteano Rafael Grandett Valverde había escrito, al calor y la emoción del momento, un himno para el departamento recién nacido, que posteriormente había sido musicalizado por el compositor y maestro de banda Manuel Ángel Dechamps Perea (oriundo de Pavarandocito – Chocó). La letra de este himno recogió el sentir de alegría fiestera y todos esos gritos espontáneos del pueblo monteriano, ante la creación del nuevo departamento…

¡Bandera cordobesa, despliégate triunfal!
¡Las huestes de tu suelo, te aclaman sin cesar!
Y la mujer sinuana, radiante y señorial
Te ciñe rico escudo, labrado en libertad.

¿Y quién diseñó el escudo de Córdoba? Desde el principio los antioqueños tuvieron mucho que ver en la creación del departamento de Córdoba. El académico Abel Botero Arango fue uno de los más entusiastas apoyadores de la idea. Cuenta Remberto Burgos Puche en sus memorias, que en cierta oportunidad, haciendo una de las interminables antesalas en Bogotá en pro de la idea Departamento de Córdoba, Abel Botero Arango les hizo la siguiente pregunta, a Remberto y otros…

-¿Y cómo será el escudo del nuevo departamento?

Nada le respondieron los congresistas en medio de su creciente nerviosismo. ¿Cómo se podía hablar de escudo de un departamento cuyo proyecto de creación estaba, en esos momentos, más muerto que vivo? Abel Botero no se dejó amilanar por el silencio de sus compañeros y dejó divagar su imaginación y al parecer dijo…





-Campo de forma española, como los que trajeron los conquistadores. Partido a la mitad. En el cuartel superior el rostro serio y grave del general José María Córdova y Muñoz –como es apenas normal-, el más joven de los héroes de nuestra independencia nacional. Y ¿Qué colocaríamos en el cuartel inferior? ¡Qué más que el jaguar o tigre americano! Símbolo chamánico de fuerza y poderío de los bravíos e ingeniosos indígenas Zenúes, quienes lo adoraban como un dios. ¡Los sinuanos son tigres de pura cepa!

Así se hizo el primer boceto del escudo. Cuando el departamento se creó, los creadores evocaron esta anécdota y dibujaron aquella primera idea de escudo creada por Abel Botero Arango, durante una antesala en el Hotel Granada de Bogotá. Al parecer fue la Academia Colombiana de Historia la que, revisando posteriormente el proyecto de blasón para Córdoba, le introdujo la bordura con el tricolor colombiano y sobre ella, la frase en latín tomada del escudo de la familia Córdova: OMNIA PER IPSO FACTA SUNT (Como originalmente fue escrito). Posteriormente se cambió a la manera como se encuentra escrito en el Evangelio según San Juan: OMNIA PER IPSUM FACTA SUNT, versión La Vulgata de la Biblia. El tricolor cordobés también lo diseñó Abel Botero Arango y es muy curioso anotar cómo dicha bandera reproduce los colores y la disposición de la bandera antioqueña (blanco y verde). ¡La bandera de la rebeldía había nacido!

Han pasado sesenta y siete años desde entonces y no hay punto de comparación entre lo que era Córdoba antes de 1952 y lo que es en la actualidad. Nuestras carreteras están pavimentadas en su mayoría, lo que antes eran pueblos paupérrimos, abandonados de la mano de Dios, ahora son bellas y pujantes ciudades, con planes de desarrollo en marcha. En el seno de la hermandad nacional, los cordobeses somos respetados –ya no menospreciados-, como gente folclórica, trabajadora, madrugadora, dicharachera y echada para adelante. ¡La tierra del porro y el fandango! ¡La orgullosa tierra de la Mayo Varilla, nuestra heroína folclórica popular! Por eso muchachos, cuando cantemos orgullosamente las estrofas del Himno de Córdoba, evoquemos todas esas luchas y sufrimientos de nuestros padres por elevar a la categoría de departamento lo que antes era solo una provincia rural bolivarense, productora de víveres para una alejada urbe caribe que poco o nada se ocupaba de nosotros…

Tu grito Montería, de justa rebelión…
Fue el grito de arrebato que al prócer esculpió
¡Paso de vencedores! ¡Armas a discreción!

El Yopal Casanare, junio 2 de 2012.


1 comentario:

  1. hola, buenas tardes, muy buena historia de mi pueblo, pero mi pregunta es acerca de los acontecimientos y reportes históricos del municipio desde 1990 hasta ahora, desde el momento e que Cereté tiene su primer alcalde electo popularmente o cuando se evidencia una expansión urbana gradual del municipio, dónde podré encontrar información de Cereté para esa fecha, hablamos de 1980,1990 y entrada al nuevo siglo XXI? es una info importantante para un trabajo de grado.

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