SUEÑO CON UN CERETÉ…
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Sueño
con un Cereté incluyente
donde a nadie se le discrimine, sindique o juzgue por sus ideas políticas, religiosas, filosóficas o culturales. O por razones de su género, raza, identidad sexual o estrato socioeconómico. Un Cereté donde quepamos todos porque es de todos y es para todos.
Sueño con un Cereté amable, donde se pueda caminar por sus calles, sin la constante zozobra de ser atracado o de exponer la propia vida ante alguien que juzga que lo que llevas en el bolsillo vale más que tu preciosa existencia.
Sueño con un Cereté donde se pueda caminar tranquilamente por el Boulevard o por sus parques, sin el temor o la paranoia de ser asaltado por los mal denominados chirretes, esos jóvenes frustrados que frustraron su propia vida porque nuestra sociedad no les ofreció grandes oportunidades locales en qué invertir sus metas y sueños de vida.
Sueño con un Cereté letrado y culto donde el problema del analfabetismo sea mínimo o inexistente, donde ya sea cosa del pasado. Donde el amor a las letras sea cosa común entre la juventud, lo mismo que el amor a las ciencias y a las artes, actividades sanas en las que aprovechen su tiempo libre las futuras generaciones de cereteanos y cereteanas.
Sueño con un Cereté por el cual fluya la corriente limpia del caño Bugre, en el cual vuelvan a haber peces en abundancia como en el pasado, porque ha sido dragado y recuperado, así sea en parte. Un Cereté donde el problema de las basuras sea también cosa del pasado, porque un relleno sanitario, construido según las máximas especificaciones técnicas y acorde con las necesidades del municipio, erradicó para siempre ese apestoso y nauseabundo problema.
Sueño con un Cereté donde los dineros del erario sean invertidos de forma transparente y auditable, en las necesidades reales y sentidas de nuestras comunidades; no en necesidades supuestas o ficticias y a costos exorbitantes. Un Cereté donde la corrupción, el nepotismo y el tráfico de influencias sean también cosa del pasado. En donde las castas políticas familiares y los barones electorales sean inexistentes.
Sueño con un Cereté donde no haya niños hambrientos o niños sin escuela, un Cereté donde los jóvenes se formen en escuelas técnicas que aprovechen al máximo sus potencialidades y múltiples inteligencias. Un Cereté que ofrezca oportunidades a nuestros niños y jóvenes, para que aprovechen eficazmente su tiempo libre o que al menos se las facilite, para que empiecen a labrar el logro de su felicidad futura.
Sueño con un Cereté donde no haya desempleados, donde no haya indigencia ni habitantes de la calle. Un Cereté donde se rescaten las formas tradicionales de cultura sin ir en contra de la vida y en las que no se privilegien el morbo ni el sadismo ni se haga fiesta del dolor o el sufrimiento animal. Sueño con un Cereté donde haya más ayuda real y efectiva a las personas menos favorecidas, que iglesias.
Sueño con el Cereté grande y próspero que yo conocí una vez hace ya años y que ahora solo pervive en el recuerdo. Si las condiciones históricas no son las mismas ahora que entonces, la infraestructura y el material humano son ahora más amplios y mejores. Solo el que sueña tiene derecho a construir y a luchar por una meta, así se logre parcialmente… ¡Adelante! A recuperar para nuestra ciudad el lugar preponderante en la historia que alguna vez tuvo.
Enero 30 de 2014
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