CERETÉ
(poema)
Cereté, tierra amada y bendita
Donde vibra el sentir de mi
raza;
Donde el alma en el pecho
palpita
¡Con el son de una banda en la
plaza!
Se espeluca la sangre en las
venas
Y los hombres se agitan con
gracia…
Las morenas menean sus caderas
Y las gaitas sus cantos
levantan.
Grita un negro con voz fandanguera:
¡Viva Virgen de la Candelaria!
¡Viva Córdoba, tierra pionera;
Y el Sinú con su faz
legendaria!
¡Cereté fue encomienda jesuita
Que a la orilla del Bugre
fundaran…
Sacerdotes que vieron bonita
¡Nuestra tierra aluvial y
preclara!
Pueblos varios llegaron al
sitio
Y a la luna su amor le consagran;
¡Salve Tai! Se escuchó en
aquel rito
De canciones sagradas y
danzas.
¡Tai, bonita! eres madre y
cacica,
Es tu hijo el cacique que
manda;
En el tambo y la casa más rica
¡De su madre es bodega y
estancia!
Con el paso del tiempo, la
España
Le dio forma al excelso
poblado.
Se fundieron bajo la espadaña,
Con la cruz viejo mito y
cercado.
El zenú fue el ancestro esplendente
Del villorrio de indígenas
fieros;
La trietnia en su espléndida
frente
Se formó cual radiantes
luceros.
Largos siglos le dieron su
forma
En la horma española cristiana;
San Antonio del Bugre se
nombra
Y después Cereté se declara.
En los tiempos de la
independencia
Fue realista y defiende a la
España;
¡Viva el rey! Repitió su
conciencia
Al sonar de gentiles campanas.
Sin embargo se emite aquel bando
De insolencia contra Madre
Patria;
Cartagena en rebelde legado
¡Se define de autónoma plaza!
Y el Sinú se hizo libre al
momento
De Madrid que domina la
Francia;
Y el pendón cuadrilongo es
fermento
De la esencia revolucionaria.
Mandó España a Morillo el terrible
Quien reduce a la voz
libertaria;
Cereté se levanta invencible
Contra el yugo del hambre y malaria.
La república llega a la tierra
Cereteana con alma
incendiaria;
Nueva historia en las almas se
aferra
Y el Sinú se hace luz tributaria.
Cereté se ha formado en la
historia
Con el barro del Bugre en la playa;
Entre plátano, yuca y la
bonga,
Bocachico, canoa y atarraya.
Cereté se hace grande al
esfuerzo
De sus campos de limpia
labranza;
Algodón que es riqueza del
suelo;
Y el ganado cebado que brama.
Frutas varias también
hortalizas,
Como miel que se escurre en
las ramas.
¡Son manjar natural de
sonrisas!
¡Son elíxir de dulce sustancia!
Cereté, no te exalta mi lira
Sino el alma que mucho te ama…
¡Adelante, el futuro te mira
Elevar tu triunfante oriflama!
¡Eres gloria, pasado y futuro
De tres pueblos que unieron
sus razas;
Para alzarte en un sitio
seguro…
¡Pedestal del progreso que
alcanzas!
¡Adelante, por ti lucharemos!
¡Cereté, nuestra tierra
adorada!
Generoso laurel te daremos
¡Cada día al nacer tu
alborada!
Autor:
Nabonazar Cogollo Ayala
Enero 9 de 2025
(de un cereteano en la lejanía)