CERETÉ
(Poema)
En una tierra rica
dorada por los rayos
Del sol en las
praderas, cual límpido fanal.
Nació mi ser un día, al
son de los cantares
De nítidos turpiales de
acento celestial.
Besada por las aguas del
río de los zenúes,
Amada por el viento que
canta en su solar.
Mi tierra se levanta
aromada por las flores
De mágicos colores que
invitan a soñar.
Su suelo fue mi cuna,
las garzas en el aire
Jugaron con los rayos del sol canicular.
Y yo aprendí su acento
de airosos arrozales
Y entre los pastizales
fui libre al retozar.
Fui libre como el potro
que mide las llanuras
Corriendo inalcanzable
con rítmico compás.
Fui grande cual la
bonga que eleva sus ramajes
De límpidos follajes,
al cielo de amplia faz.
De los algodonales
moteados de alba plata
En un fondo de verde
esmeralda como el mar.
Mi alma se hizo un
mundo de amor a los cultivos
Que trajo sus olivos de
paz a mi solar.
La sangre de los indios
zenúes bulle y palpita
En mis fecundas venas de
vocación audaz.
No temo a desafíos,
valientes mis abuelos
Forjaron derroteros que
me hacen más capaz.
Del suelo nutro el alma
de mi vivir austero
Yo adoro los fulgores
del sol al alborear.
Pues ellos me hacen
libre y amante del trabajo
Doquiera esté mi brazo
que es fuerte al laborar.
De Té, el cacique fiero
que dio su ser bravío
Luchando contra España
y sus huestes de ultramar.
Yo llevo el alto nombre
de ser su nuevo hermano,
¡Pues soy un cereteano
orgulloso de mi hogar!
La lengua de Castilla y
las gotas de su sangre
También en mí palpitan
pues soy renuevo y más.
De razas arrogantes que
dieron a sus mundos
Honor, sentir profundo
y alientos al luchar.
¡Arriba cereteanos!
¡Vayamos adelante!
Que el cielo nos cobija
risueño en su cantar.
Progreso es la alta
meta que habremos de labrarnos,
Con gloria en el
trabajo, justicia y libertad.
La Virgen la Señora de
eterna Candelaria
Nos grita ¡Bravos
hijos!, arriba sin tardar!
Que ustedes son
renuevos de aquellos que un instante
Sus vidas desafiantes las
dieron al luchar.
Calzados con la abarca
de múltiple puntada,
Luciendo el fiel
sombrero de vueltas sin parar.
Cantando a Gómez
Jattin, Rafael Grandett nos manda
¡Marchemos por la
Patria dispuestos a triunfar!
Nabonazar
Cogollo Ayala
Febrero 9 de 2003