DON ENZO BURGOS HERNÁNDEZ
In memoriam
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Nacido en Lorica el 7 de agosto de 1921 y fallecido en Cereté el 7 de mayo de 2015. Vivió 94 años
plenamente vividos, al límite de sus capacidades. Como el hijo, hermano, esposo
y padre amoroso que siempre fue. Desde la tierna edad de 10 años se aficionó
con predilección a la lectura de los grandes autores de la literatura, la
historia y la filosofía universales. Desde 1935 era un asiduo visitante de la
biblioteca municipal de Lorica, la cual posteriormente fue pasto de las llamas
en un hecho lamentable para la historia local, de lo cual él siempre se dolió. A
medida que sus hijos e hijas fueron dejando los libros escolares del bachillerato
él se dedicó a estudiarlos con fruición, a repasar con la paciencia de un
relojero y el espíritu crítico de un historiador autoformado, la vida de los
grandes hombres de la historia de Colombia y el mundo: Julio César, Simón Bolívar,
Platón, Alejandro Magno, Homero y Napoleón Bonaparte, entre muchos otros.
Hombre de datos meticulosos, fechas exactas y frases de madurada y profunda sabiduría que sabía evocar y sugerir en el momento preciso, con la exactitud de un filósofo griego. Algunas de aquellas recordadas frases fueron las siguientes:
- “Aprendan a dar gracias por todo”.
-“Aprendan a ser solidarios. Valoren lo que Dios les ha regalado”.
-“Después de la Biblia, el libro más bello que he leído es Los miserables, de Víctor Hugo. El ejemplo de Bienvenido Myriel como hombre de Dios es único en la historia de la literatura”.
-“El mucho rango perjudica”.
-“El que no da las gracias, no dan ganas de servirle”.
-“Honra a tu esposo siempre, hija” (Último consejo dado a una de su nietas, quien le pidió orientación).
-“Lo poco propio vale mucho y lo mucho ajeno, vale poco”.
-“Más vale un grito a tiempo que cien hombres a caballo”.
-“Platón decía que para qué existían animales como la culebra o el mosquito, sin aparente razón de ser. La naturaleza en sus profundidades no la entiende el ser humano, solo Dios en su infinita sabiduría la comprende”.
-“Sean amables… ¡Párense a recibir a la persona que llegó!”
-Bolívar decía que: “El pueblo que olvida su propia historia está condenado a repetirla”.
-Napoleón le decía a su ayuda de cámara: “Vístame despacio que tengo prisa”. “Eso nos enseña que del afán solo queda el cansancio”.
A pesar de ser tan sabio y erudito, rehuyó siempre la figuración pública, como el hombre modesto y humilde que siempre fue. Ejerció una modesta asesoría pedagógica a quien quisiera consultarlo y aprender de él a la manera de un Sócrates del barrio Venus en su solariega casa tradicional. Nunca aceptó ser entrevistado y reservó sus deliciosas y formativas charlas de historia, -tipo cátedra-, a su círculo inmediato de familiares, amigos y allegados. En 1950 contrajo matrimonio con Ayda Rosa Cogollo de Burgos de cuya unión nacieron los siguientes hijos: Elisa Beatriz, Ayda Cecilia, Edelmira Merladys, Lilia Beatriz, Luz Marina (Mary), Consuelo Jesús, Ledys Lilí, Edwin Eduardo y Ever Elías.
Fue uno de los grandes historiadores autodidactas del Cereté de los últimos 50 años. A él un humilde, pero significativo homenaje en el marco del tricentenario de la fundación del Municipio.
PERVIVES PADRE AMADO
Un
día tú le dijiste a Dios, padre adorado
Que
cuando te marcharas te abriera su mansión…
Y
que el ejemplo bello de tu vivir amado
Fuera
para tus hijos ejemplo y oración.
Dejaste
en esos libros que amaste por doquiera
Mil
horas de lectura, prolífica pasión…
Después
la fomentaste en todo el que quisiera
Seguir
tu sabia mano por tanta erudición.
Filósofo,
poeta y amante de la historia
Hombre
de citas varias que diera el corazón.
En
esos hijos buenos que amaron tu memoria
Y
siguen hoy tu senda con gran dedicación.
¡Don
Enzo Burgos grande serás en los que oyeron
La
fe de tus consejos, tu sabia orientación!
Y
tu mano sapiente pervive en los que dieron
Su vida a Jesucristo, tu más dulce pasión.
9-05-2015