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domingo, 1 de mayo de 2022

LA PUNTUALIDAD, LA VIRTUD DE LAS DAMAS Y LOS CABALLEROS (Artículo)

 


LA PUNTUALIDAD, LA VIRTUD DE LAS DAMAS Y LOS CABALLEROS

Por: Nabonazar Cogollo Ayala

 ¿De cuántas maneras hemos justificado nuestra impuntualidad? Por lo general el común de las personas busca echarles a los demás la culpa de lo que ellos dejaron de hacer y que era su responsabilidad hacerlo. Cuando no es así, entonces buscarán justificaciones en el clima, en el transporte, en la información recibida y hasta en los contratiempos de última hora. Veamos algunos ejemplos típicos:

        ¿Por qué llegaste tarde a clases?        ¡Porque estaba lloviendo y todo se inundó! No pasaba buseta ni carro ni nada… ¡Antes vine!

        ¿Por qué llegaste tarde a la misa?       ¡Porque el cura ese siempre comienza tarde! ¿Si él tiene derecho a dormir más, por qué yo no?

        ¿Por qué no entregaste el informe de química?       ¡Porque fue que a mí no me dijeron! Yo no sabía de ese informe.

        ¿Por qué no entregaste el trabajo de matemáticas a tiempo?     Porque es que era para el martes después del festivo. Yo me confundí y traje fue el horario del lunes… ¡Eso ya no es culpa mía!

        ¿Por qué no hiciste el trabajo de español, que era para hoy?      ¡Yo sí lo hice! Fue que se me quedó, pero que lo hice, lo hice.

        ¿Por qué no pagaste ese dinero el día que debías pagarlo?          Porque es que el señor ese me dijeron que se había ido para Montería. Entonces… ¿Qué tal yo llegar a su casa con la plata y que no hubiera nadie?

        ¿Por qué saliste tan tarde de la casa? Fue que mi mamá me hizo tarde el desayuno. Y para rematar, el agua se fue y me tuve que bañar con totuma.

 La impuntualidad no tiene justificación… Si somos personas organizadas con nuestro tiempo y nuestras obligaciones, nos haremos un horario de vida y lo seguiremos a pie juntillas. De esa manera veremos cómo nos alcanza el tiempo y antes hasta nos sobra, para disponer de él con libertad y como queramos.

 ¿Qué tienes que estar en la iglesia a las 8 am? Depende de dónde te encuentres. Si vives a dos cuadras de la iglesia, aun así, levántate una hora antes, para que tengas tiempo suficiente para organizar todas las cosas. Pero si vives en la vereda de Manguelito, a 45 minutos del casco urbano, eso es diferente… ¡Levántate al menos con 3 horas de anterioridad! Deberás tener en cuenta todas estas variables: (1) El transporte (cuánto tardas en tomarlo y cuánto se gasta el carro en traerte hasta Cereté); (2) Dónde te deja el transporte y cuanto tardas en llegar hasta la iglesia.  (3) Cuánto te gastas en tus actividades personales (levantada, baño, aseo, desayuno, etc.). Si mides organizadamente tu tiempo, no tendrás afanes, no sufrirás de estrés ni angustias por llegar tarde y todo lo podrás hacer sin contratiempos.

 Hay alumnos que no miden el tiempo real que demanda hacer un cierto trabajo para el colegio. Por ejemplo: el profesor de español les dejó un trabajo de análisis literario de la novela El coronel no tiene quien le escriba, del Nobel colombiano Gabriel García Márquez.  ¿Qué hay que hacer? Elaborar un completo resumen de la obra, de al menos 3 cuartillas de extensión, en el cual se indiquen: inicio, nudo y desenlace. Además hay que hacer una descripción psicológica pormenorizada de los personajes principales; analizar coordenadas de tiempo y espacio y adicionalmente  identificar, haciendo cita y explicación, de las metáforas, símiles, hipérboles y caricaturas que hay en el cuerpo léxico de la novela. Juanito Pereza se confía y cree que un par de horas, el domingo por la tarde,  será más que suficiente para hacer un análisis literario que demanda entre 18 y 24 horas de trabajo. El profesor les dejó 15 días para la realización del trabajo, pero nada; don Juan Pereza todo lo dejó para última hora. Confía en que en Wikipedia o en el Rincón del vago encontrará todo eso. Juan se consiguió un computador prestado con un módem de 3 gigas, pero… ¡Horror! El internet se cayó, justo a las 7 de la noche, cuando Juan se disponía a hacer el trabajo. Al día siguiente Juan Pereza, muy orondo le dice al profesor:

        ¡Profe! Ese trabajo que usted dejó es lo menos para un mes… A mí el tiempo no me alcanzó, pailas y toda la culpa es suya… ¿Por qué no nos dio el tiempo suficiente? ¡Me voy a quejar con el señor rector! Mi mamá va a venir a quejarse…

 ¿Te parece que es justo este reclamo? Evidentemente no lo es. Aquí tenemos el caso de un joven que busca justificar, a como dé lugar, su irresponsabilidad en el manejo del tiempo. ¿Y cómo lo hace? Culpabilizando a los demás de su propio descuido. Esto se llama “traslado de culpas” y en nuestro medio es cosa común, lo cual no implica que esté bien ni que sea una conducta aceptable. Estas son conductas antiéticas e irresponsables, que deben ser removidas de nuestra forma colectiva de pensar, porque no nos aportan nada bueno y nos convierten en individuos indisciplinados, perezosos y mediocres.

 REFLEXIÓN: Los colombianos y las colombianas del futuro deben ser personas juiciosas, conscientes de sus tareas, deberes y obligaciones. Jóvenes capaces de administrar su tiempo con total responsabilidad, lo que los convierte en jóvenes puntuales en todos los sentidos. Ser puntuales es ser responsables a carta cabal, sin recurrir a excusas absurdas que solo buscan eludir el peso de nuestra propia responsabilidad. 

SIENDO PUNTUALES Y ORGANIZADOS CON EL TIEMPO, TENDREMOS ESPACIO PARA HACER LO QUE QUERAMOS. ¡LOS COLOMBIANOS DEL FUTURO SOMOS Y SEREMOS SIEMPRE PUNTUALES!

Madrid (Cundinamarca), Junio 2° de 2014