YO SOY MANGUELITERO
(oda)
A las orillas del Caño del Padre
Nací en Manguelito la tierra del porro;
El limpio cantar de fandango y foforro
Me dio sus arrullos con besos de madre.
Padrino fue el viento, el eterno compadre,
De mis viejos buenos que dieron su herencia,
A mi humanidad de sinuana conciencia
Y fuerza de bonga, babilla, hicotea…
¡Ninguno me busque jamás la pelea!
¡Mi pecho es coraza triunfal en potencia!
Nací en Manguelito de yuca y casabe
Y el fiel bombardino con voz melodiosa
Sonó ante mi cuna siempre esplendorosa,
¡Al son de trompetas con trinos de ave!
¡Abrí yo mis ojos al sol en su enclave!
Y cuánta belleza miré en lontananza;
Paisajes, jardines, perfume y bonanza
Me hicieron amar a esta tierra bendita
La que en Cereté es más feliz y bonita,
¡Y en toda Colombia es solar de esperanza!
Crecí en Manguelito más libre que el viento,
Cual potro que corre entre los callejones;
Sus ricos cultivos y matarratones,
Me dieron grandeza, ilusión y contento.
Aquí me hice hombre con fiel sentimiento
La décima dio su cantar de hermosura,
Las reses midieron mi ser con bravura
Y yo respondí con la altura de un macho;
¡Jamás les temí siendo niño o muchacho!
¡Un manguelitero es constancia segura!
|1Aquí me formé y conocí la grandeza
La ciencia me dio sus destellos brillantes;
Talentos pulí como finos diamantes
Y al cielo elevé mi orgullosa cabeza.
El arte me dio depurada belleza,
Sentidas estrofas canté con maestría;
Los versos vestidos con fiel melodía
Me hicieron vivir con perfil educado,
Mi tierra es de libros, pureza y cercado
¡Lo grito a los vientos con casta alegría!
Un día cercano yo haré una familia
Aquí he de buscar esa fiel compañera;
Con quien alzaré la ilusión jardinera
De un límpido hogar ante el Dios que me auxilia.
Mis hijos entonces en santa vigilia
Verán cómo el sol y la luna lunera
Bendicen la tierra tan manguelitera
Con la suave luz que la besa esplendente…
¡La patria pequeña es jardín excelente!
Dirán con orgullo al alzar su bandera.
Cuando quiera el cielo que entregue mi vida
Le pido a mis hijos y nietos amados;
Que entierren mi cuerpo en los campos amados
De mi Manguelito, mi tierra querida.
Que suene un fandango con nota sentida
Y exprese la décima un canto inspirado;
Las brisas perfumen el suelo sagrado
Donde mis despojos reposen en calma
¡Al Dios de los cielos daré toda mi alma!
¡Por ti, Manguelito, terruño adorado!
Nabonazar Cogollo Ayala
Octubre 9 de 2024