SOL OMNIBUS LUCET

SOL OMNIBUS LUCET

domingo, 28 de julio de 2019

CUMBIAMBA (Coplas)

CASA TÍPICA TRADICIONAL CERETEANA
CUMBIAMBA
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

Cuando suena el bombardino
Y la trompeta lo acompaña;
Da comienzo el porro fino
Que resuena en la cabaña.

Una negra sus polleras
Las levanta muy garbosa…
Y sus hombros y caderas
Son cadencia deliciosa.

En mi tierra cereteana
La cumbiamba se festeja…
De la noche a la mañana
Y emociona hasta a la vieja.

Generosa en la cabeza
De las bellas bailarinas…
Va la flor que se adereza
Con sus cintas nacarinas.

Y las hembras imponentes
Alumbrando van la rueda…
Del fandango entre las gentes
Y ninguna atrás se queda.  

Güepajé grita un borracho
Emocionado ante el fandango…
En el playón del populacho
Más prendido que un charango.

¡Adelante, tierra amada!
La cumbiamba es viva herencia…
De tu gente entusiasmada
¡Que es tu símbolo y esencia!
Madrid
Cundinamarca
Julio 28 de 2019
CAÑO BUGRE EN CERETÉ - CÓRDOBA
EN LOS PLAYONES QUE FORMABA EL CAÑO EN TEMPORADA SECA SE ARMABAN FANDANGOS NOCTURNOS A LA LUZ DE LA LUNA



sábado, 13 de julio de 2019

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE CERETÉ



 BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE CERETÉ
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

¡Cereté, Cereté, Cereté!
La tierra del cacique Té…
¡Cereté, Cereté! ¡Eres tú!
La tierra del cacique panzenú…

(Luis Felipe-el Cabo-Herrán)

En la región del Medio Sinú se ubica geográficamente el Municipio de Cereté, uno de los más antiguos y tradicionales de la costa norte colombiana. Cuenta con un área de 352 kilómetros cuadrados, aproximadamente. Y según el censo de 2005 posee una población total de 83.978 habitantes, que se estima actualmente próxima a los 100.000 habitantes.

Puente metálico construido sobre el Caño Bugre, a su paso por el centro urbano de Cereté. Se inició su construcción en marzo de 1957, por parte de la firma alemana de construcciones civiles Hein Lehman y Co. Se concluyó en junio de 1958.
FOTOGRAFÍA: ARCHIVO PERSONAL. NCA, 2011.


1.    FUNDACIÓN Y COLONIA. Una monografía geográfica y económica publicada por el antiguo Departamento de Bolívar, en 1942, reseña la historia de Cereté así: Tres Sacerdotes jesuitas, según todos los datos históricos, fundaron la población de Cereté el año de 1721, con una colonia de indios compuesta de 60 familias. Fue erigida en parroquia en 1740. (Geografía Económica de Colombia: Bolívar, 1942).

La tradicional avenida del río en pleno centro de Cereté. La bordean imponentes palacetes residenciales construidos entre la primera y segunda mitad del siglo XX por las tradicionales familias cereteanas: García, Sakr, Pardo, etc.
FOTOGRAFÍA: ARCHIVO PERSONAL. NCA, 2011.

El poblado original al parecer tuvo origen en la agregaduría de varias parcialidades indígenas realizada en tiempos de la conquistadora y encomendera Francisca Baptista de Bohórquez. Entre los indígenas agregados en un solo poblado germinal había zenúes, urabaes y ticunas, entre otros. Cfr. Historia Doble de la Costa, Vol. IV (1986), FALS BORDA. Para el año 1776 ya existía el pueblo llamado Cereté, perteneciente al Distrito de Tolú, Gobernación de Cartagena de Indias. (Resguardos Coloniales de Santa Marta y Cartagena), 1993. LUNA. Este poblado original de Cereté al parecer incluía el territorio anexo de San José de la Ciénaga del Oro, que posteriormente fue emancipado como parroquia independiente.

2.    INDEPENDENCIA Y REPÚBLICA.
En 11 de noviembre de 1811 Cartagena de Indias proclamó su independencia absoluta de la Corona Española, lo que dio un brusco giro en la tranquila vida del poblado colonial de San Antonio de Cereté, en el Medio Sinú. En Cereté se había asentado un grupo de hacendados a lo largo del periodo colonial, dedicados por entero a la cría y ceba de ganado. Es de anotar que no se había dado entonces con las razas aptas para estos terrenos de origen aluvial, llanura tropical y ardores intensos. Esto solo se logró hasta la primera mitad del siglo XX cuando se obtiene luego de varios cruces una raza autóctona a la que se llamó “criollo”, fuerte, resistente y doble propósito.

Figurilla antropomorfa de cerámica cocida hallada en el valle del Sinú, presumiblemente de la etnia Zenú. Se conserva en el CENTRO CULTURAL RAÚL GÓMEZ JATTIN DE CERETÉ – CÓRDOBA. Los zenúes eran matrilineales y le rendían culto preferencial a la diosa Tay (la luna), razón por la cual las cacicas eran las abuelas-madres reverenciadas por los poblados vecinos y circunvecinos. En el Cereté colonial hubo la famosa cacica Tay y su cacicazgo era despensa alimentaria donde se recogía el grano seco (principalmente maíz) en tempos de buenas cosechas, para la posterior distribución entre los demás poblados en tiempos de inundación periódica del río.
FOTOGRAFÍA: ARCHIVO PERSONAL. NCA, 2011.
De 1811 a 1815 el Estado Soberano de Cartagena de Indias vivió una relativa calma, ocupada como estaba España en las guerras contra Napoleón Bonaparte. El llamado Pacificador, don Pablo Morillo, sitió a Cartagena por mar y tierra con 8.500 hombres a partir del 20 de agosto de 1815 hasta los primeros días de diciembre del mismo año. Morillo cortó las comunicaciones de Cartagena con el Sinú que era la principal despensa proveedora de alimentos para la capital provincial.  Cereté, Montería, Chinú, Lorica y la Ciénaga del Oro, entre otros poblados ribereños, proveían abundancia de bastimentos por el río Sinú a Cartagena.


Fotografía del retrato del Conde de Cartagena y Marqués de La Puerta don Pablo Morillo (1775-1837).
Este cuadro al óleo se halla en la Casa Museo del 20 de Julio, Bogotá D.C.
Es una reproducción creada hacia  1815 de un original más antiguo debido al pincel del maestro colonial Pedro José Figueroa.
Después de someter a Cartagena de Indias y a Santa Cruz de Mompox, en 1815, Morillo sometió a la rebelde Santa Fe de Bogotá. Donde quiera que pasó dejó el triste recuerdo de la cuchilla pacificadora.

FOTOGRAFÍA: ARCHIVO PERSONAL. NCA, 2017.

El capitán Rafael Sevilla quien fue uno de los lugartenientes de Morillo nos da esta patética descripción en sus Memorias… “Indescriptible es el estado en que encontramos a la rica Cartagena de Indias. El mal olor era insoportable; como que había muchas casas llenas de cadáveres en putrefacción”. SEVILLA. Memorias de un Gral. del Ejército Español. San Antonio de Cereté era un poblado más bien realista, donde el retrato del rey Fernando VII de Borbón, prisionero en Bayona por Bonaparte, había sido jurado con lealtad a exigencia del cura párroco de la pequeña parroquia.  

3.    MODERNIZACIÓN DEL ANTIGUO POBLADO DE INDÍGENAS POSTERIOR ASIENTO HACENDÍSTICO Y GANADERO
Afianzada nuestra independencia el 7 de agosto de 1819, en la batalla de Boyacá, en la que el ejército libertador comandado por Simón Bolívar, derrotó a José María Barreiro y a Pablo Morillo, entre otros oficiales españoles.  Cereté y toda la Provincia de Cartagena de Indias, finalmente, iniciaron en definitiva una nueva vida en el seno de la república. Cereté, durante el agitado siglo XIX, vivió los avatares de la convulsa vida política de la época. En 1863 Colombia adoptó la controvertida y criticada Constitución de Rio Negro que le dio al país el nombre de ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA, prohijada y defendida por el Gral. Tomás Cipriano de Mosquera. Bolívar pasó a ser entonces el Estado Soberano de Bolívar, con capital en Cartagena de Indias, acuñó moneda propia y armó ejército estatal propio, porque la Carta Magna de la época lo permitía. Colombia entonces tuvo 9 estados soberanos, uno de ellos, Panamá. Numerosos cereteanos se enrolaron en aquel ejército estatal.

Defensa Portuaria del Caño Bugre a su paso por el centro urbano de Cereté – Córdoba
Fue construida durante la administración del cereteano don Miguel García Sánchez
FUENTE DE LA FOTOGRAFÍA: Archivo Personal N.C.A., 2011.

La Carta Magna de 1863 se derogó una vez concluida la Guerra de los Mil Días, en la que participó el padre del compositor y músico cereteano Luis Felipe Herrán, conocido como “El Cabo Herrán”, autor de éxitos como: EL guayabo de la Ye”, “Golero emparamao” y un Himno a Cereté que nunca fue reconocido, entre otras composiciones más.  El comercio de champanes por el Caño Bugre se había convertido en un flujo constante de embarcaciones modernas abarrotadas con mercaderías en ambas direcciones desde Montería, pasando por Cereté, hasta Lorica y viceversa. Y Santa Cruz de Lorica se abastecía a su vez de las mercaderías cartageneras.

4.    CERETÉ EN PLENO SIGLO XX

A comienzos de 1900 Cereté era un poblado de un poco más de 500 habitantes y solo contaba con tres calles, las cuales eran: La de las Flores, la calle del Comercio (antiguamente llamada calle Rabiza) y la calle del Progreso. ¿Por qué calle de las Flores? Se celebraba cada 11 de noviembre el bando de la Independencia de Cartagena. Y los más acaudalados comerciantes (la mayoría de ascendencia sirio-libanesa, como los Sakr, los Spath, los Barguil, los Jattin, procedentes de Lorica, entre otras familias pudientes); organizaban concursos para escoger la calle mejor adornada. Y una de esas calles obtuvo el primer lugar por la cantidad de flores con que adornaron cada casa. Hacia 1921 ya el pueblo había crecido de la mano del floreciente comercio a orillas del Caño Bugre y se empezaron a construir lujosas casas de material, al mejor estilo del barrio Manga en Cartagena de Indias.

Fotografía del teniente del ejército:

CLODOMIRO CASTILLA BARRIOS
Quien a partir del año 1948 fue alcalde militar de Cereté, nombrado directamente por el gobernador de Bolívar. La medida se motivó en el hecho de los constantes robos de ganado en las haciendas ganaderas cereteanas, por lo cual un grupo de hacendados elevó tal petición ante el gobierno seccional de Bolívar.

FUENTE DE LA FOTOGRAFÍA:
Santana Vega, Juan A.
El Mundo de las Corralejas
Ed. Corsa, Montería (Col.) 1986. Pág. 107

En el año 1948 el entonces gobernador de Bolívar nombró alcalde militar de Cereté al teniente Clodomiro Castilla Barrios, oriundo del municipio de San Pedro (antiguamente Bolívar, hoy en día Sucre), quien hizo carrera e historia en el municipio. Resucitó las fiestas patronales de La candelaria, que en las últimas décadas antes de él se habían suspendido. Por lo cual se lo considera organizador de ferias y fiestas en corraleja.
Uno de los grandes hombres cereteanos que hicieron aportes decisivos al progreso material del pequeño poblado fue el ganadero y agricultor don Miguel García Sánchez. Fue nombrado por el gobierno central de Colombia como tercer gobernador de Córdoba, por lo que gobernó nuestro departamento desde  el 8 de octubre de 1953 hasta el 10 de mayo de 1957.
“Me llamo Miguel García Sánchez, hijo de Lázaro García y Sandiego Sánchez,  nací en Cereté hace sesenta y ocho años (1889) de los cuales llevo 50 consagrados al trabajo sin interrupción ni descanso. Tengo la ilustración necesaria para ser un hombre civilizado, con estudios primarios y secundarios, cuyo valor he confirmado luego con lecturas, viajes, y trato afortunado con hombres ilustres de Colombia. Mi familia, de raza blanca, tradición castellana y formación rigurosamente católica, es sana, intelectual y moralmente. El único caso conocido de locura entre mis consanguíneos, es el mío propio al haber aceptado el gobierno de mis conciudadanos por dos veces: una como alcalde de Cereté en el año de mil novecientos diez y ocho (…) y esta final que fue recaída como gobernador del naciente Departamento  de Córdoba, bajo el gobierno del General Gustavo Rojas Pinilla.
FUENTE: LONDOÑO, Fernando y GARCÍA S. Miguel. El Proceso de Cereté. Eds. Kelly (Bogotá), 1959. Pág. 53

Cuando estuvo al frente de los destinos de Córdoba se sintió su benéfico influjo en grandes obras de progreso para su natal Cereté, veamos: Construcción de la Planta de Hielo, del Hotel Plaza de Nariño (que aún hoy en día existe), fomentó la perforación de 4 pozos artesanos para el abastecimiento del acueducto local, regaló dos hectáreas para la construcción del Hospital Regional Sandiego, cuya construcción las costeó el Gobierno Departamental. Hospital este que brindaría servicios a tres departamentos. Gestionó la apertura en Cereté de una seccional del Banco de Bogotá, de una sede de la Caja de Crédito Agrario Industrial y Minero y del Banco de Colombia. E hizo todo lo posible para que el Instituto de Fomento Agrario (IFA) abriera una seccional en Cereté, dada la creciente producción de la mota algodonera local. Igualmente gestionó la apertura en Cereté de una oficina de marconis nacionales (TELECOM), construyó a sus expensas el coso taurino “El Socorro” donde se presentaban shows taurinos con ganado de casta traído de España, de sus haciendas ganaderas.

Este incansable luchador mil batallas no ha recibido toda la gratitud que los cereteanos debíamos tributarle. Él fue el constructor del Palacio de Gobierno Municipal de Cereté y no hay en dicha edificación una placa que así lo atestigüe. En el texto de una declaración de defensa (Diciembre 13 a 17 de 1957) por unos injustos cargos con que fue abrumado, después de la caída del dictador Rojas Pinilla, nos aporta esta invaluable perla de su sano humor sinuano…

Soy ya un viejo cubierto de canas. Pero, orgulloso de mi vida, no me flaquea el carácter ante cualquier forma brutal de la injusticia.
(Op. Cit. Pág. 75)

En 1988 Cereté escogió su primer alcalde por voto popular, la elección recayó en el ilustre ganadero don Alfonso Spath quien también hizo un periodo de gobierno memorable, con grandes obras de progreso para el municipio. En los actuales momentos Cereté se ha convertido en la segunda ciudad en importancia del Departamento de Córdoba, llegando a ser subsede de los XIX Juegos Deportivos Nacionales cuando Montería fue sede principal. En una lucida ceremonia de inauguración el 4 de noviembre de 2012, resonaron las notas de María Varilla y el país entero vio a la  tierra cuna del porro reclamar con toda justicia el lugar que le corresponde en el concierto de las grandes regiones de Colombia. La sede fue compartida junto con Cúcuta y Popayán, respectivamente. Cereté brilló entonces con luz propia ante Colombia entera con su hermoso estadio Mario León. Era alcalde de Cereté Francisco Padilla Petro. El director artístico de los juegos fue el músico cereteano Francisco Zumaqué Gómez, de los grandes compositores sinfónicos de Colombia.



Delegación de Cereté en ceremonia de apertura de los XIX Juegos Deportivos Nacionales de Colombia, noviembre 4 de 2012.
FUENTE DE LA FOTOGRAFÍA: EL HERALDO

5.    EL ORIGEN DEL NOMBRE DE CERETÉ
El asunto es materia de discusión y debates, veamos: La versión tradicional que se ha venido enseñando en escuelas y colegios del municipio desde más de 50 años es la siguiente: Cuando los conquistadores españoles llegaron al actual territorio de Cereté (es probable que se tratara del bachiller Martín Fernández de Enciso o en su defecto, del hermano de don Pedro de Heredia (1484-1554), don Alonso de Heredia, es noticia local que el cacique del territorio los enfrentó, espetándoles la siguiente frase: ¡Pierda o gane siempre seré Te! Esta explicación, aunque tradicional no da cuenta de cómo se pasó de la grafía Sereté a Cereté. Otra duda es que el aborigen Zenú no hablaría la lengua castellana sino su propia lengua nativa. El sociólogo barranquillero, Orlando Fals Borda, en 1984 publicó su afamado libro Retorno a la tierra. En dicha obra da a conocer una explicación que en síntesis es la siguiente: La voz Cereté sería un derivado de la unión de dos voces de la lengua katía, así: Chere=Chera (pez alevino o recién nacido o de pocos días). Té= Tambo= promontorio rocoso o elevación. Todo significaría entonces: Sitio (o tambo) donde se dan muchos alevinos o chera. (FALS BORDA, pág. 30A). Este humilde servidor se permite discrepar de esta explicación y en un ensayo titulado: El caño Bugre en el vaivén de la historia propone esta otra explicación:
En lengua Zenú el morfema Cere denotaba “dar forma, conformar”. Alegóricamente se sustantivaba en “hijo, descendiente”. El morfema Té es aféresis de Thi >Tay>Luna. Todo el vocablo significa entonces: Hijo (o descendiente) de la Cacica Tay, emparentada con Thi  (la Luna). Cuando llegaron los hombres de los hermanos Heredia e incursionaron en tierras del Cacique Cereté, en inmediaciones del Caño Bugre, pudieron haberle preguntado: ¿Quién eres tú? A lo cual él pudo haber respondido con la intermediación de un intérprete bilingüe como entonces se acostumbraba, lo siguiente: Cere-Tay, que significa “(Soy) Hijo de Tay, Cacica (hija de) La Luna”. Los ibéricos, acostumbrados a deformar y simplificar las voces indianas, habrían reducido tal respuesta a Cereté y desde entonces denominaron así tanto al sitio como a su señor local, aun después de muerto el mismo. (COGOLLO A., 2010. Págs. 5 y 6).

¿Cuál es la versión más atinada? El tiempo y las investigaciones subsiguientes lo dirán. Por lo pronto el debate sigue abierto, solo nos queda seguir investigando y profundizando en tan interesante tema local.

Antiguo Parque ANTONIO NARIÑO DE CERETÉ. Fue remodelado recientemente durante el gobierno de Alfonso Spath Spath (1987). La última remodelación (la cual fue drástica) se acometió durante el gobierno de Francisco Padilla Petro (2012-2015).


Revista gimnástica de alumnos  del cuarto grado de primaria en el CENTRO DOCENTE RURAL MIXTO DE RUSIA, vereda de Cereté. El día de la raza (12 de octubre de 1985). regentaba esta pequeña escuela la ilustre docente cereteana HORTENSIA REBECA ALARCÓN GAVIRIA, modelo educativo y de abnegación a seguir en el municipio. 







domingo, 23 de junio de 2019

CERETÉ


CERETÉ

Quiero a mi tierra
Tan bendecida
Cuna adorada
Que me dio vida.

Si fui marchado
Regresaré
A los sembrados
De Cereté.

Allá se bailan
Porros hermosos…
Las brisas cantan
Sones sabrosos…

Carimañolas,
Y patacones…
Son entre muchas
Sus bendiciones…


Las polleronas
Se alzan al viento;
Suena una gaita
Con sentimiento.

Canta en su banda
Chuchurubí…
Y yo respondo
¡Yo soy de aquí!

De Manguelito,
Cuerocurtido
En Los Cañitos
¡Yo fui nacido!



En Mateo Gómez
Canta mi abuelo;
Y en Rabolargo
¡Beso su suelo!

Desde Martínez
A Botavén…
Se oye este canto
Bello también.

Se multiplica,
Resonará…
En los cultivos
De Severá.


¡Tierra adorada!
Gentil y bella!
Tu ser me inspira
Como una estrella.

El Caño Bugre
Lleva tus aguas;
Viejos planchones
Sobre piraguas.

Y yo repito…
¡Te cantaré!
Siempre adorada…
¡Mi Cereté!


NABONAZAR COGOLLO AYALA

Madrid
(Cundinamarca)
Junio 17 de 2019



















martes, 18 de junio de 2019

HACE SESENTA Y SIETE AÑOS SE CRISTALIZÓ UN VIEJO SUEÑO, SER DEPARTAMENTO



HACE SESENTA Y SIETE AÑOS SE CRISTALIZÓ UN VIEJO SUEÑO, SER DEPARTAMENTO
Por: Nabonazar Cogollo Ayala


¿Sabían ustedes que cuando formábamos parte del antiguo Departamento de Bolívar,  sinuanos, sabaneros y sanjorginos en general éramos menospreciados en Cartagena de Indias, donde nos llamaban “montañeros”? Este tratamiento injusto y discriminatorio aún hasta hace unos años atrás prevalecía entre las gentes de clase media y alta en Cartagena, hacia los hijos de la bella tierra cordobesa. El Sinú –como entonces se hacía referencia a los valles del Sinú y el San Jorge-, era la despensa alimenticia del resto del Departamento de Bolívar, que antes del año de 1952 era tan extenso como la actual república de Nicaragua en América Central. 

La carretera que unía a la lejana capital departamental con Lorica, San Pelayo, Cereté y Montería era una trocha infame cuyo tránsito era peligroso y muy demorado. Unos viejos y destartalados buses hacían el lento y penoso viaje entre estas ciudades y por llevar abundantes aves de corral en la parrilla superior, los llamaban popularmente los “gallineros”. Desde principios del siglo veinte los sinuanos habíamos acariciado la posibilidad de convertirnos en un ente seccional aparte, con categoría de departamento, en el seno de la hermandad colombiana. El general Rafael Reyes conoció las ricas y maravillosas tierras del Sinú y el San Jorge, porque anduvo por acá a lomos de su mula recorriendo los vastos territorios de la administración cartagenera. Las potencias aliadas de la primera guerra mundial pusieron sus ojos en el valle del Sinú como la más rica tierra ganadera, después de la pampa argentina, en América del Sur. Por esa razón Inglaterra envió a que recorriera estas bellas tierras a lomo de caballo a un aventurero de origen escocés llamado Roberto B. Cunninghame Graham (1852 – 1936), quien visitó uno a uno nuestros pueblos y ciudades de la época, dejando constancia de sus opiniones en un extraordinario libro llamado Cartagena y las riberas del Sinú. ¿A qué venía acá “Don Roberto” –como entonces se le llamara aquí-? Su misión era estimular la producción de carne vacuna a gran escala, con el ánimo de exportarla hacia Europa y los Estados Unidos, a manera de despensa cárnica, porque la guerra contra Alemania y sus aliados, necesitaba de enormes cantidades de carne de primera calidad. Don Roberto visitó el Carmen de Bolívar, Sincelejo, Cereté, Ciénaga de Oro, Montería, Sahagún, etc. Estas tierras le parecieron hermosas y aptas para la producción ganadera, pero aconsejó que se lograran los debidos cruces entre razas tanto lecheras como productoras de carne, para lograr especies adaptadas al duro calor de estas tierras. Efectivamente ese consejo se siguió y los ganaderos lograron razas  como el Romosinuano, resistente a las altas temperaturas de nuestro sol canicular. Posteriormente se trajeron otras del extranjero como la Holstein, (lechera) y la Cebú (cárnica), entre otras. ¡El Sinú y el San Jorge empezaban a resurgir!

El inspirador e incansable batallador de la idea “Departamento de Córdoba”, fue don Remberto Burgos Puche, político y abogado oriundo de Ciénaga de Oro, quien había sido elegido en calidad de senador suplente hacia 1947 ante el Congreso, pero en representación  del departamento de Bolívar. Este político radicó ante el Congreso el Proyecto Departamento de Entrerríos (porque ese era el nombre que en un primer momento se pensó). ¡Quién dijo miedo! Cuando los congresistas bolivarenses se enteraron de la iniciativa en los primeros debates, se dieron fuertes y acaloradas discusiones en la corporación…

-¿Cómo así que se quieren separar de Cartagena? ¡El Sinú y el San Jorge son bolivarenses! Decía uno de ellos, increpando con grandes aspavientos y manotadas al aire, al joven Remberto Burgos Puche, quien se amilanaba un poco ante esos viejos dinosaurios de la política colombiana…
-¡Puede ser! ¡Pero tenemos con qué convertirnos en departamento! Somos una tierra rica, ganadera, productora de alimentos a gran escala, de pesca, frutales y madera. ¡Cartagena nos tiene muy abandonados!
-¡Pues la bancada bolivarense jamás lo permitirá!
REMBERTO BURGOS PUCHE

Y así fue. Los congresistas por Bolívar dijeron que primero muertos antes que apoyar el desmembramiento de su departamento, para formar uno nuevo con capital en Montería. Los apoyadores de la idea vieron cómo se archivaba el proyecto, que parecía haber llegado a su fin.  ¿Qué hacer entonces para no dejar morir la iniciativa? El senador Gilberto Moreno –por el departamento de Antioquia- veía con buenos ojos la idea y desde el primer momento la apoyó. Se reunió con los congresistas antioqueños –que eran muchos más que los bolivarenses-, y logró convencerlos de darles el apoyo a esos jóvenes políticos de la región del Sinú y el San Jorge, porque quizás 

“Antioquia podría salir ganando algo si se creaba el nuevo departamento”… La bancada antioqueña se pronunció… “Apoyaremos la creación del nuevo departamento y cuenten con nuestro voto, pero con una condición: ¡El departamento llevará el nombre del héroe antioqueño José María Córdova y Muñoz!”. Y así fue. 

Se reelaboró el proyecto, se le cambió el nombre y para la próxima legislatura (1950) se volvió a radicar. Esta vez volvió a generar una polvareda, pero tuvo mejor suerte. La idea tuvo que ser aprobada en dos debates, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, finalmente fue expedida la ley novena del 17 de diciembre de  1951… “Por la cual se crea  y organiza el Departamento de Córdoba”.  Los congresistas bolivarenses se retiraron furiosos –
GRAL. JOSÉ MARÍA CÓRDOBA Y MUÑOZ

algunos de ellos-, del recinto del Congreso, hablando de injusticia, desmembración y campaña en contra del Departamento de Bolívar. La ley debía entrar en vigencia seis meses después de haber sido expedida, esto era, el 18 de junio de 1952, exactamente… ¡Día emblemático del nuevo departamento de Córdoba!  Ese día era un miércoles. El presidente de la república (encargado por ausencia temporal del titular) era el general conservador, Rafael Urdaneta Arbeláez. En el avión presidencial el primer mandatario llegó a Montería junto con su esposa, para la inauguración oficial del departamento número 16 de la República de Colombia. Montería estaba vestida de fiesta, en las calles se repetía un grito parrandero… ¡Viva Córdoba departamento! ¡Que viva el departamento de Córdoba! ¡Nacemos a la libertad! El poeta cereteano Rafael Grandett Valverde había escrito, al calor y la emoción del momento, un himno para el departamento recién nacido, que posteriormente había sido musicalizado por el compositor y maestro de banda Manuel Ángel Dechamps Perea (oriundo de Pavarandocito – Chocó). La letra de este himno recogió el sentir de alegría fiestera y todos esos gritos espontáneos del pueblo monteriano, ante la creación del nuevo departamento…

¡Bandera cordobesa, despliégate triunfal!
¡Las huestes de tu suelo, te aclaman sin cesar!
Y la mujer sinuana, radiante y señorial
Te ciñe rico escudo, labrado en libertad.

¿Y quién diseñó el escudo de Córdoba? Desde el principio los antioqueños tuvieron mucho que ver en la creación del departamento de Córdoba. El académico Abel Botero Arango fue uno de los más entusiastas apoyadores de la idea. Cuenta Remberto Burgos Puche en sus memorias, que en cierta oportunidad, haciendo una de las interminables antesalas en Bogotá en pro de la idea Departamento de Córdoba, Abel Botero Arango les hizo la siguiente pregunta, a Remberto y otros…

-¿Y cómo será el escudo del nuevo departamento?

Nada le respondieron los congresistas en medio de su creciente nerviosismo. ¿Cómo se podía hablar de escudo de un departamento cuyo proyecto de creación estaba, en esos momentos, más muerto que vivo? Abel Botero no se dejó amilanar por el silencio de sus compañeros y dejó divagar su imaginación y al parecer dijo…





-Campo de forma española, como los que trajeron los conquistadores. Partido a la mitad. En el cuartel superior el rostro serio y grave del general José María Córdova y Muñoz –como es apenas normal-, el más joven de los héroes de nuestra independencia nacional. Y ¿Qué colocaríamos en el cuartel inferior? ¡Qué más que el jaguar o tigre americano! Símbolo chamánico de fuerza y poderío de los bravíos e ingeniosos indígenas Zenúes, quienes lo adoraban como un dios. ¡Los sinuanos son tigres de pura cepa!

Así se hizo el primer boceto del escudo. Cuando el departamento se creó, los creadores evocaron esta anécdota y dibujaron aquella primera idea de escudo creada por Abel Botero Arango, durante una antesala en el Hotel Granada de Bogotá. Al parecer fue la Academia Colombiana de Historia la que, revisando posteriormente el proyecto de blasón para Córdoba, le introdujo la bordura con el tricolor colombiano y sobre ella, la frase en latín tomada del escudo de la familia Córdova: OMNIA PER IPSO FACTA SUNT (Como originalmente fue escrito). Posteriormente se cambió a la manera como se encuentra escrito en el Evangelio según San Juan: OMNIA PER IPSUM FACTA SUNT, versión La Vulgata de la Biblia. El tricolor cordobés también lo diseñó Abel Botero Arango y es muy curioso anotar cómo dicha bandera reproduce los colores y la disposición de la bandera antioqueña (blanco y verde). ¡La bandera de la rebeldía había nacido!

Han pasado sesenta y siete años desde entonces y no hay punto de comparación entre lo que era Córdoba antes de 1952 y lo que es en la actualidad. Nuestras carreteras están pavimentadas en su mayoría, lo que antes eran pueblos paupérrimos, abandonados de la mano de Dios, ahora son bellas y pujantes ciudades, con planes de desarrollo en marcha. En el seno de la hermandad nacional, los cordobeses somos respetados –ya no menospreciados-, como gente folclórica, trabajadora, madrugadora, dicharachera y echada para adelante. ¡La tierra del porro y el fandango! ¡La orgullosa tierra de la Mayo Varilla, nuestra heroína folclórica popular! Por eso muchachos, cuando cantemos orgullosamente las estrofas del Himno de Córdoba, evoquemos todas esas luchas y sufrimientos de nuestros padres por elevar a la categoría de departamento lo que antes era solo una provincia rural bolivarense, productora de víveres para una alejada urbe caribe que poco o nada se ocupaba de nosotros…

Tu grito Montería, de justa rebelión…
Fue el grito de arrebato que al prócer esculpió
¡Paso de vencedores! ¡Armas a discreción!

El Yopal Casanare, junio 2 de 2012.