SOL OMNIBUS LUCET

SOL OMNIBUS LUCET

miércoles, 30 de diciembre de 2020

DON ENZO BURGOS HERNÁNDEZ In memoriam

 

DON ENZO BURGOS HERNÁNDEZ

In memoriam

Por: Nabonazar Cogollo Ayala

Nacido en Lorica el 7 de agosto de 1921 y fallecido en Cereté el 7 de mayo de 2015. Vivió 94 años plenamente vividos, al límite de sus capacidades. Como el hijo, hermano, esposo y padre amoroso que siempre fue. Desde la tierna edad de 10 años se aficionó con predilección a la lectura de los grandes autores de la literatura, la historia y la filosofía universales. Desde 1935 era un asiduo visitante de la biblioteca municipal de Lorica, la cual posteriormente fue pasto de las llamas en un hecho lamentable para la historia local, de lo cual él siempre se dolió. A medida que sus hijos e hijas fueron dejando los libros escolares del bachillerato él se dedicó a estudiarlos con fruición, a repasar con la paciencia de un relojero y el espíritu crítico de un historiador autoformado, la vida de los grandes hombres de la historia de Colombia y el mundo: Julio César, Simón Bolívar, Platón, Alejandro Magno, Homero y Napoleón Bonaparte, entre muchos otros.

 Hombre de datos meticulosos, fechas exactas y frases de madurada y profunda sabiduría que sabía evocar y sugerir en el momento preciso, con la exactitud de un filósofo griego. Algunas de aquellas recordadas frases fueron las siguientes:

 - “Aprendan a dar gracias por todo”.

-“Aprendan a ser solidarios. Valoren lo que Dios les ha regalado”.

-“Después de la Biblia, el libro más bello que he leído es Los miserables, de Víctor Hugo. El ejemplo de Bienvenido Myriel como hombre de Dios es único en la historia de la literatura”.

-“El mucho rango perjudica”.

-“El que no da las gracias, no dan ganas de servirle”.

-“Honra a tu esposo siempre, hija” (Último consejo dado a una de su nietas, quien le pidió orientación).

-“Lo poco propio vale mucho y lo mucho ajeno, vale poco”.

-“Más vale un grito a tiempo que cien hombres a caballo”.

-“Platón decía que para qué existían animales como la culebra o el mosquito, sin aparente razón de ser. La naturaleza en sus profundidades no la entiende el ser humano, solo Dios en su infinita sabiduría la comprende”.

-“Sean amables… ¡Párense a recibir a la persona que llegó!”

-Bolívar decía que: “El pueblo que olvida su propia historia está condenado a repetirla”.

-Napoleón le decía a su ayuda de cámara: “Vístame despacio que tengo prisa”. “Eso nos enseña que del afán solo queda el cansancio”. 

A pesar de ser tan sabio y erudito, rehuyó siempre la figuración pública, como el hombre modesto y humilde que siempre fue. Ejerció una modesta asesoría pedagógica a quien quisiera consultarlo y aprender de él a la manera de un Sócrates del barrio Venus en su solariega casa tradicional. Nunca aceptó ser entrevistado y reservó sus deliciosas y formativas charlas de historia, -tipo cátedra-, a su círculo inmediato de familiares, amigos y allegados. En 1950 contrajo matrimonio con Ayda Rosa Cogollo de Burgos de cuya unión nacieron los siguientes hijos: Elisa Beatriz, Ayda Cecilia, Edelmira Merladys, Lilia Beatriz, Luz Marina (Mary), Consuelo Jesús, Ledys Lilí, Edwin Eduardo y Ever Elías. 

Fue uno de los grandes historiadores autodidactas del Cereté de los últimos 50 años. A él un humilde, pero significativo homenaje en el marco del tricentenario de la fundación del Municipio. 

PERVIVES PADRE AMADO

 

Un día tú le dijiste a Dios, padre adorado

Que cuando te marcharas te abriera su mansión…

Y que el ejemplo bello de tu vivir amado

Fuera para tus hijos ejemplo y oración.

 

Dejaste en esos libros que amaste por doquiera

Mil horas de lectura, prolífica pasión…

Después la fomentaste en todo el que quisiera

Seguir tu sabia mano por tanta erudición.

 

Filósofo, poeta y amante de la historia

Hombre de citas varias que diera el corazón.

En esos hijos buenos que amaron tu memoria

Y siguen hoy tu senda con gran dedicación.

 

¡Don Enzo Burgos grande serás en los que oyeron

La fe de tus consejos, tu sabia orientación!

Y tu mano sapiente pervive en los que dieron

Su vida a Jesucristo, tu más dulce pasión.

9-05-2015




martes, 29 de diciembre de 2020

A JAIME PAYARÉS SÁENZ (Poema)

 

A JAIME PAYARÉS SÁENZ

(Poema)

Por: Nabonazar Cogollo Ayala

 

Poeta de la estirpe, rancia pluma, añeja escuela

Que cantas emociones del erótico sentir…

Poeta de mi tierra con sabor a bien decir

Que acuñas mil caricias entre luz de lentejuela.

 

¿En cuántas ocasiones has cantado? El alma vuela,

Recoge el sentimiento de un pretérito vivir…

Jirones de la vida que se escapa al diluir,

Intensas experiencias del amor que aún se anhela.

 

¡Qué fuertes son tus versos! Van cargados de hermosura,

De besos palpitantes y caricia que fulgura

Cual llama crepitante de una mágica pasión…

 

¡Poeta de mi tierra! Para haber así plasmado

En versos de emociones, el sentir más desbocado

De amor en esta vida… ¡Liberaste el corazón!

 

Madrid (Cundinamarca), noviembre 10 de 2013

lunes, 28 de diciembre de 2020

CERETÉ (Poema)

CERETÉ

(Poema)

 

En una tierra rica dorada por los rayos

Del sol en las praderas, cual límpido fanal.

Nació mi ser un día, al son de los cantares

De nítidos turpiales de acento celestial.

 

Besada por las aguas del río de los zenúes,

Amada por el viento que canta en su solar.

Mi tierra se levanta aromada por las flores

De mágicos colores que invitan a soñar.

 

Su suelo fue mi cuna, las garzas en el aire

Jugaron con  los rayos del sol canicular.

Y yo aprendí su acento de airosos arrozales

Y entre los pastizales fui libre al retozar.

 

Fui libre como el potro que mide las llanuras

Corriendo inalcanzable con rítmico compás.

Fui grande cual la bonga que eleva sus ramajes

De límpidos follajes, al cielo de amplia faz.

 

De los algodonales moteados de alba plata

En un fondo de verde esmeralda como el mar.

Mi alma se hizo un mundo de amor a los cultivos

Que trajo sus olivos de paz a mi solar.

 

La sangre de los indios zenúes bulle y palpita

En mis fecundas venas de vocación audaz.

No temo a desafíos, valientes mis abuelos

Forjaron derroteros que me hacen más capaz.

 

Del suelo nutro el alma de mi vivir austero

Yo adoro los fulgores del sol al alborear.

Pues ellos me hacen libre y amante del trabajo

Doquiera esté mi brazo que es fuerte al laborar.

 

De Té, el cacique fiero que dio su ser bravío

Luchando contra España y sus huestes de ultramar.

Yo llevo el alto nombre de ser su nuevo hermano,

¡Pues soy un cereteano orgulloso de mi hogar!

 

La lengua de Castilla y las gotas de su sangre

También en mí palpitan pues soy renuevo y más.

De razas arrogantes que dieron a sus mundos

Honor, sentir profundo y alientos al luchar.

 

¡Arriba cereteanos! ¡Vayamos adelante!

Que el cielo nos cobija risueño en su cantar.

Progreso es la alta meta que habremos de labrarnos,

Con gloria en el trabajo, justicia y libertad.

 

La Virgen la Señora de eterna Candelaria

Nos grita ¡Bravos hijos!, arriba sin tardar!

Que ustedes son renuevos de aquellos que un instante

Sus vidas desafiantes las dieron al luchar.

 

Calzados con la abarca de múltiple puntada,

Luciendo el fiel sombrero de vueltas sin parar.

Cantando a Gómez Jattin, Rafael Grandett  nos manda

¡Marchemos por la Patria dispuestos a triunfar!

 

Nabonazar Cogollo Ayala

Febrero 9 de 2003





domingo, 27 de diciembre de 2020

CABEZA DE HACHA VERSUS LA TUPUNGATINA (Artículo)


CABEZA DE HACHA VERSUS LA TUPUNGATINA

(Artículo)

Por: Nabonazar Cogollo Ayala

 

Ya me voy de esta tierra y adiós

Buscando yerbas de olvido, dejarte…

A ver si con esta ausencia pudiera

Con relación a otros tiempos olvidarte.

He vivido soportando un martirio

Jamás debo de mostrarme cobarde;

Arrastrando esta cadena tan fuerte

Hasta que mi triste vida se acabe.

Recordando aquel proverbio que dice

¡Más vale tarde que nunca compadre!


Después de escuchar a Noel Petro, la insigne figura musical de Cereté, cantando el pegajoso tema Cabeza de hacha durante tantos años uno nunca llegaría a dudar que dicho tema es colombiano. Pero, ah sorpresa… ¿Sabían que Cabeza de hacha es originalmente un tango argentino de 1921? Sí señor, así es. Veamos brevemente la historia: La obra, tanto en su letra como en su música al parecer se titulaba originalmente La Tupungatina y sería de la autoría del compositor argentino Cristino Tapias quien la habría creado hacia 1920, aunque fue grabada por primera vez en 1921 en la voz de Carlos Gardel (argentino) y José Razzano (uruguayo) quienes la grabaron a dúo, con acompañamiento de cuerdas. La obra relata en su letra una historia de desengaño amoroso que al parecer tuvo como motivación una bella chica del municipio argentino de Tupungato en las Provincia de Mendoza, sur de Argentina.  En 1952 el arreglista argentino Osvaldo Pugliese la grabó en una remozada versión orquestada que catapultó la obra a la consagración definitiva en el país del cono sur, con el título: “El martirio”.  Aunque otra versión afirma que en realidad la obra es más antigua y data de los tiempos argentinos coloniales con el título El martirio y que en realidad lo que hizo Cristino Tapias fue solo un arreglo posterior.

En Colombia la canción seguramente llegó en la década del cincuenta. Un arreglista colombiano, Edmundo Arias (Vallecaucano), pensó que quizás si se interpretaba en aire tropical, con tempo más rápido y alegre, la canción pegaría y así fue. Quien la grabó con su famoso requinto eléctrico fue Noel Petro. ¿Por qué el título Cabeza de hacha? Al parecer se lo puso Noel Petro, pero sigue siendo un misterio, va a tocar preguntárselo a él mismo. Una versión colombiana afirmaba que quizás la canción era de Crescencio Salcedo, el afamado compositor bolivarense, pero luego de las debidas pesquisas se demostró que es una teoría infundada por ser una falsa adjudicación. Es probable que el equívoco con Crescencio se originó en el hecho que en la versión de Pedro Laza y sus Pelayeros el vocalista de la pieza se llamaba Crescencio Camacho.

Cabeza de hacha se convirtió entonces, después de la versión de Noel Petro, en todo un éxito bailable en el norte de sur América (Colombia, Venezuela y Ecuador). Igualmente, en Centroamérica: Panamá principalmente, Cuba y la isla de Puerto Rico. Se multiplicaron entonces en varias décadas las versiones de Cabeza de hacha. Veamos:

Pedro Laza y sus Pelayeros

Sencillo (45 revoluciones): Cabeza de hacha. (Merengue), 1960. (Quizás fue la primera versión grabada con el arreglo bailable).

Noel Petro

Álbum: Aquí llegó Noel Petro con sus mejores éxitos (1963)

El Gran Combo de Puerto Rico

Álbum: El Gran Combo de Siempre (1963)

Rubén Blades

Álbum: El que la hace la paga. (1983)

Diomedes Díaz

Álbum: Experiencias vividas. (1999) (Versión fandango).

Los 50 de Joselito

Álbum: Dame tu mujer José. (2013) (Versión tropical).

Aníbal Velásquez

Álbum: Guerra vallenata. (2017)

 

 

Para las festividades de fin de año Cabeza de hacha es un tema infaltable en los hogares colombianos y su nostálgica letra evocadora nos llega a tocar las fibras del alma.  Noel Petro reconoce que el tema original es argentino y abona que lo que es suyo es la versión bailable primigenia con acompañamiento de requinto eléctrico que le dio un nuevo aire en tierras del norte suramericano, lo cual habla muy bien de la honestidad del cantautor cereteano. Otro tanto reconoce Edmundo Arias, autor del arreglo bailable rápido de la Tupungatina original de Cristino Tapias.

Amables lectores, aquí dejo el enlace original de LA TUPUNGATINA (1921) y la versión de Noel Petro y la de Diomedes Díaz, respectivamente; juzguen ustedes mismos si se parece o no, espero comentarios, gracias.  

LA TUPUNGATINA (Carlos Gardel y José Razzano, intérpretes).

https://www.youtube.com/watch?v=o0D3Ve64rLE

CABEZA DE HACHA (Noel Petro, intérprete)

https://www.youtube.com/watch?v=x-2taptMfLs

CABEZA DE HACHA (Diomedes Díaz, intérprete)

https://www.youtube.com/watch?v=s4IQ3cSewJE

nacoayala@gmail.com


sábado, 26 de diciembre de 2020

LA SEÑORA NOTARIA (Soneto)

 

ANTIGUA RESIDENCIA BURGOS EN EL CENTRO HISTÓRICO DE CERETÉ
(Hoy en día inexistente)

LA SEÑORA NOTARIA

(Soneto)

Un sentido homenaje a

Lilia Burgos Berástegui.

 

El sitio era anticuado y polvoriento

Con libros en estantes por doquiera…

Sentada en su butaca de madera

Firmaba la notaria el documento.

 

Matrona refinada… ¡Un monumento

De heráldica belleza de otra era!

Con aire terminante, a su manera

Sentencia… ¡Ya! ¡El siguiente! Es el momento…

 

Es Lilia Burgos…noble veterana

De aquellos menesteres que dimana

Aromas y perfumes de otro tiempo.

 

Proviene de una estirpe esclarecida

Con rancios pergaminos, cuya vida

Transcurre en el firmar sin contratiempo.

 

Nabonazar Cogollo Ayala

Junio 14 de 2012

El Yopal (Casanare)

BAJADA DEL PUENTE METÁLICO SOBRE EL CAÑO BUGRE
DEL LADO DEL BARRIO VENUS



viernes, 25 de diciembre de 2020

LA HISTORIA DE LA CANCIÓN EL CORDOBÉS (Crónica)


HOMOBONO VENERANDO COGOLLO GUZMÁN, el popular NABO COGOLLO (1935-2011).
Conocido ganadero-agricultor oriundo de Cereté a quien en el año 1963 el compositor sanjacintero Adolfo Pacheco Anillo le dedicara el afamado paseo vallenato El Cordobés. 

LA HISTORIA DE LA CANCIÓN EL CORDOBÉS

                                       (Crónica)

 

Por: Nabonazar Cogollo Ayala



                                                                                                     

 

Canta pinto blanco, hazle honores a tu raza;

Y que te acompañe el nazareno de la cruz…

¡Pelea como sabes tú, haz de tu pata una metralla! 

¡Para que sepan en la valla, como pelean los del Sinú!

Desde los ya lejanos días de mi niñez crecí escuchando este clásico de la música de acordeón en la tierra cordobesa, de la autoría del compositor de San Jacinto (Bolívar), Adolfo Pacheco Anillo, quien se lo compusiera a mi padre, a cambio de un gallo fino de la cría de gallos de pelea que mi papá entonces tuviera y que era de fama en la región. La historia como se la escuché referir alguna vez a mi papá, es la siguiente, enriquecida con elementos de posteriores entrevistas:

 Corría el año 1963 y el acordeonero de San Jacinto, el señor de la cumbia y el lamento, Andrés Landeros Guerra recorría la sabana con su acordeón terciado al hombro, acompañado en esta ocasión por Adolfo Pacheco, quien entonces era joven. Era el mes de febrero y en Cereté se celebraba la tradicional fiesta de la virgen de la Candelaria, que congregaba a toda la población en torno de las celebraciones religiosas y populares. Landeros y Pacheco se dirigieron entonces al Club Gallístico donde entraron en contacto con los grandes galleros de Cereté, entre ellos con Nabo Cogollo, quien sobresalía entre todo el personal con su personalidad imponente y su indeclinable don de mando. Corrían los ríos de “Tornillo”, es decir, de Ron Córdoba, la bebida popular de los sinuanos, al tiempo que se pactaban las apuestas y los gallos, esos gladiadores emplumados –como dijera el poeta cereteano Raúl Gómez Jattin-. El nombre populachero del Ron Córdoba le venía dado por la forma helicoidal de su botella. Una vez Landeros y Pacheco se abrieron paso entre la multitud, apretujada en el recinto cubierto de techo pajizo y hechas las presentaciones de rigor, los tres hombres acordaron participar de una parranda en la finca de Nabo, “La Florida”, ubicada a la orilla de la carretera entre Cereté y San Pelayo, en la margen izquierda, a 3 kilómetros de Cereté. La parranda fue proverbial y duró varios días, como era costumbre en mi casa. Dice Adolfo Pacheco Anillo en la entrevista que le concediera al periodista barranquillero Ernesto Mcausland, lo siguiente:

-El cordobés fue un gallo de color pinto blanco que me regaló Nabonazar Cogollo, Nabo Cogollo en Cereté… Yo componía al principio, me fui con Andrés Landeros a Cereté, en una parranda de esas largas que hacía Nabo, y…y él me dijo, muy chabacanamente…

-Landeros cree que yo soy sordo porque se la pasa diciéndome en los discos…

¡Óyelo Nabo Cogollo! ¿Estás oyendo, Nabo Cogollo?

Entonces yo le dije…

 -Hombe, yo te hago una canción…

¿Cómo?... ¿Usted hace canciones?

-Sí…

-Yo he oído mentar…

- A cambio de que me regales un pollo fino de esos que tienes ahí en tu gallería… Y me dice…

-¡Se lo lleva!

-Entonces yo a la próxima parranda, cuando ya hice, le avisé… le avisaron, entonces él organizó otra nueva parranda con sus amigos y yo le llevé la canción. Al principio la recibió como toda una canción así rara…

-¡Eso es poesía! -Me dijo Nabo-... Eso es como poesía… ¿No tiene otra?

-No…

-¡No, está bien así! Está buena…

Total que la comenzamos a ensayar y ya al octavo día de parranda o décimo día de parranda, ya le iba gustando. Entonces la mandaba cada rato… ¡El gallito! Me decía… ¡Tóqueme El gallito! ¡Tóqueme El gallito!

-Nabo… ¡Yo lo puse el cordobés! ¡Tóqueme El gallito! 1

Adolfo Pacheco se llevó aquel valioso gallo que Nabo Cogollo le había regalado, de su afamada cría gallística en Cereté. Mi padre, evocando aquel ejemplar de su cría y decía lo siguiente en su viejo libro de cuentas (del cual sobreviven unos fragmentos), en la letra cursiva de elegante estilo inglés que lo caracterizaba…

“Hijos del Patasuave, con la gallina jabaíta del Chevo, (nacieron) 4 pollos diseñados con un balazo en (el) ala izquierda…”2

 Ernesto Mccausland entrevistó a mi padre en 2007, en su parcela El hatico, en las afueras de Cereté (vereda de La Pozona), en cuyo video el entrevistado anotaba lo siguiente, sobre el gallo el cordobés…

 -De esos gallos salió un gallo viejo que nosotros lo pusimos el Patasuave, que se cansó de matar gallos, que él nunca tuvo estado. Y ese gallo peleó aquí y en todas partes, en Cúcuta, en Bucaramanga, en el Valle… Y ese fue el pa´e del pollo ese… (El cordobés) ¡Yo lo puse a amansar! La gallina se la fui a comprar al doctor Matera, allá en (la hacienda) Canaguay…3

El gallo de Adolfo Pacheco tuvo mal fin y fue derrotado por un poderoso y pendenciero gallo que le atravesó el pulmón con la espuela, cegando para siempre su preciosa existencia. Pero quedó la inmortal canción que lentamente fue conquistando el sentir de las gentes en Cereté y todo el departamento de Córdoba, quizás por lo sentido y emotivo de sus estrofas, hasta llegar a ser considerado un clásico de la música popular sabanera de acordeón. Homobono Venerando Cogollo Guzmán, popularmente conocido como Nabo Cogollo, partió a las regiones de la eternidad en su natal Cereté, el 28 de noviembre de 2011, a la edad de 77 años, dejando tras de sí 7 hijos y un enorme acervo de anécdotas, correrías y andanzas, como quiera que fue un hombre proverbial en el mundo de los gallos, los caballos de paso fino colombiano y los vallenatos.

El Cordobés fue interpretada alguna vez en una caseta, en vivo, por el cantautor guajiro Diomedes Díaz Maestre (q.e.p.d.), en la década de los ochenta. Diomedes no se la sabía del todo bien pero el público enloquecido hacia la media noche, le coreaba… ¡Canta el Cordobés, el Cordobés! Y Diomedes se animó a cantarla, pero la letra se la iban soplando al oído, a media que avanzaba el tema. Fue por eso que esa interpretación se caracterizó por repetir una y otra vez los versos de cada estrofa, al principio, lo cual le gustó mucho a la gente. De esta manera:

Diomedes tomaba un aire de respiro mientras le decían lo que seguía del texto…

Tiene bella estampa, ay…

Tiene bella estampa, tiene bella estampa…

Brioso pico estirador,

Como son los gallos y pollos de Cereté.

Y yo lo puse el Cordobés…

¡Nabo Cogollo bien lo sabe!

Que cuando pica un pata suave

Sangre en la valla ven correr.

Algunos asistentes grabaron esta lucida interpretación, la cual fue editada posteriormente en estudio de sonido y que se consigue en youtube actualmente. Es por ello que los seguidores del Cacique de la Junta han llegado a creer que el Cordobés era creación de Diomedes, lo cual es ciertamente un error.

 El cordobés ha llegado a ser considerada una especie de himno popular en Cereté y fue una de las canciones triunfales con que fuera recibido el boxeador cereteano César Canchila, luego de obtener el fajín de campeón mundial minimosca en 2008, como quiera que este afamado pugilista afirma que al escucharla recibe una especie de descarga eléctrica, que quizás le venga de Dios mismo, porque el deportista es cristiano. Miremos un aparte de la crónica periodística…

 

…a César Canchila le cayó la primera de dos descargas eléctricas sobre su cuerpo cuando oyó en los altoparlantes la voz de su ídolo Diomedes Díaz con parte de la segunda estrofa del paseo vallenato 'El Cordobés':

 

Tiene bella estampa, brioso pico estirador /

 

Como son los gallos y pollos de Cereté.

 

El boxeador de Cereté, la población cordobesa cercana a Montería, se identifica con esa canción. "Me despeluqué al escucharla", afirmaría dos días después a Alberto Agámez, integrante de su esquina la noche del 26 de julio pasado en Las Vegas (E.U.)4.

De esta forma se han compilado y consultado las diversas fuentes informativas en torno al ya legendario paseo vallenato El cordobés (1963), cuyo inspirador, Nabo Cogollo Guzmán, en el cielo y quizás en tremenda parranda vallenata con los ángeles, no se cansará de cantarlo una y otra vez, al tiempo que los cereteanos reafirmamos nuestro sentir identitario en torno de esos sencillos pero emotivos versos, que erizan la piel de solo escucharlos, porque nos hacen sentir más sinuanos y cordobeses que nunca.


Madrid (Cundinamarca), febrero 5 de 2014 nacoayala@gmail.com


1  MACCAUSLAND, Ernesto. Adolfo Pacheco y El cordobés. El compositor colombiano Adolfo Pacheco invitó al periodista Ernesto McCausland a su gallería "El tropezón", en Galapa, Atlántico. Allí, entre gallos de pelea, le contó la historia de "El cordobés", uno de los mejores vallenatos. Crónica realizada con la nueva Nikon D7000. Cámara y edición: Ernesto McCausland/ Entrevista: Ana Milena Londoño/ Sonido: Naty Parra/ Asistente: Jorge Rondón. Subido el 02/02/2012.

2  COGOLLO GUZMÁN, Nabo. Libro de cuentas. (Fuente documental directa), pág. 63. 1962, 1963. (Aprox.)

3  MACCAUSLAND, Ernesto. Nabo Cogollo. Aquí está el Señor Nabo Cogollo…el que le regalo "El Cordobés" a Adolfo Pacheco. Subido el 15/07/2007.

4 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4424517. Publicación eltiempo.com. Sección Deportes. Fecha de publicación: 2 de agosto de 2008



ADOLFO PACHECO ANILLO
Compositor de la canción El Cordobés en 1963. 

ANDRÉS LANDEROS GUERRA
Cantautor sanjacintero eterno amigo y parrandero en la finca
La Florida de Nabo Cogollo, en Cereté - Córdoba.