Por: Nabonazar Cogollo Ayala
(Fábula)
Hubo un día
una fiesta en el cielo
Y del mundo
del norte hasta el sur.
Animales de
mil y mil clases
Remontaron los
altos lugares
Y vistieron
sus prendas de tul.
Tío Gochó con
Gochoa su señora
Elegantes con
manto y tacón.
Y con cresta
de blancas auroras
Encargaron su
cría a la patrona
Y se fueron
cantando su son.
Detrás de
ellos Chau Chau que se viste
Con magnífico
azul de satín.
Se llenaba los
buches de alpiste
Y cual viento
que brisas embiste
Voló raudo
hacia el alto confín.
Guacharaca, la
que arma relajo
Con su
escándalo, vuela a cual más.
Y su cresta de
rojo encarnado
Da presencia
al gracioso avistrajo
Que repite ¡bailar al compás!
Tía Cotorra
acicala sus plumas,
Las de verde
esmeralda y olán.
Y su canto que
imita las brumas
De las aguas,
resuena en la altura
Como un barco
de fiel capitán.
Y volando se
van uno a uno
Gallinazo,
Paloma y Perdiz.
¿Y quién lleva
a volar al que sólo
Caminando en
la tierra es un soplo
Sobre el polvo
en el suelo infeliz?
¿Quién le da
un chancecito a Tortuga,
A Conejo, a
Culebra, a Ratón?
¿Cómo sube
hacia el cielo que otea
Sobre el
mundo, la pobre Hicotea
Que en el
suelo es rastrero toncón?
¡No hay
problema!.. Entre todos los llevan
Hasta a Sapo
que es fiero y gritón.
¡Él se cuelga de
Pavo, que vuela
Y del moco que
al viento es estela
Va colgando
contento el bocón!
Las palomas
bien juntas remontan
Cual enjambre
de abejas, al sol.
Y subiendo una
hamaca gigante
Dan el chance
a Conejo, aquel diantre
Al que Tigre
le guarda rencor.
Y así todos
subiendo consiguen
A las puertas
del cielo llegar.
Y San Pedro
feliz los recibe
Da su beso a
las tías y prohíbe
A los tíos,
del trago abusar.
Más llegó
tempranito la banda
Pelayera
vibrante al cantar.
Con trompetas
que al viento resuenan,
Bombardinos
que anuncian lo buena
Que la fiesta
en el cielo va a estar.
Al caer de la
tarde dio inicio
El fandango en
la rueda ejemplar.
Las parejas
con amplias polleras
Abanican la
gris humareda
Que la vela
tributa al bailar.
Guapirreo,
tacón, gaita y canto
Amenizan la
alegre reunión.
Mientras rasga
los aires, contento
Con su canto
de fuertes acentos
El tío Gallo
con su vozarrón.
Todo marcha
muy bien y San Pedro
Jubiloso se
encuentra al mirar.
Que la fiesta
en el cielo es grandiosa,
Que no hay
gresca, pelea bochornosa
Ni conflicto
en el santo lugar.
Sin embargo
hay un hecho que asusta
A la gente en
la amena reunión.
Gritó el Gallo… ¡Ya el ron se termina!
¡Mala
vaina!... en la vieja cocina
Se
acabó la feliz provisión.
¡Qué
desgracia! dijeron en coro
Las parejas en
torno al cantor.
¡Calle
banda!.. Sin trago no hay fiesta
¡Recojamos
dinero y la cuesta
De
regreso recorra un bribón!
Hasta
el suelo y que compre en la tienda
Una
caja de ron… ¡el mejor!
¡Pero
rápido vaya quien quiera
Que
la fiesta se acaba en la estera!
¡Combustible
es el dulce licor!
¿Quién
lo compra?... Pregunta Tío Gallo
A la gente que
ve alrededor.
¡Nadie
quiere! Ya todos se excusan
Tía Paloma su
plumas expurga
No va Gallo,
tampoco Ratón.
Nadie quiere y
a nadie se obliga
¡Qué
pesar! Se acabó el bailotear.
Dijo Tigre que
abriendo la cueva
De sus grandes
quijadas bosteza
Mientras
muestra colmillo y molar.
¡Un
momento!... yo salvo la fiesta
¡Denme
todos el costo y me voy
A
comprarles el ron sin tardanza!
Siempre
y cuando me lleve Torcaza
En su espalda,
dijo Morrocoy.
¡Yo
te llevo!.. Dijo Tía Paloma
Con mohín de
disgusto y horror.
¡Ven
y sube!... me voy al cemento
Y
de lo alto, con tino y acierto
Te
encaramas desde el corredor.
Dicho y hecho
le dieron dinero
Rapidito se
fue Morrocoy.
Pasó un día,
otro más y el tercero
Sin saberse
qué fue mandadero
¡Qué
pasó con la plata y el ron!
Se llegó el
cuarto día, quinto y sexto
Todo el mundo
en el cielo de azul.
Se mostraba
furioso, no había
Fiesta, trago…
La melancolía
Se sentía cual
pesado baúl.
Una tarde
reunidos estaban
Bostezando en
el amplio salón.
Y empezaron a
hablar con fiereza
Contra el fiel
mandadero y empieza
El Tío Gallo… ¡Esto huele a traición!
¡Sí
que huele! -contesta Tío Sapo-
El
vergajo del tal Morrocoy…
Hizo
creer que iba a hacer el mandado
¡Y
quién sabe dónde enguayabado
Estará
con la plata del ron!
¡Maldecido
el Morroco, lo mato!
-Dijo Pato
graznando la voz-
¡Yo
también!... ¡Yo te ayudo! -Dijeron
Rastrillando
con rabia el salón-.
¡Yo
lo quemo! ¡Lo lincho! corearon
Tío Conejo y
Tío Tigre que al fin.
Entre tanto
esperar se amistaron
Y sus odios de
antaño olvidaron
Y se unieron
al fiero motín.
Mientras tanto
volteado impotente
Sobre el casco
el pobre Morrocoy…
Se esforzaba
por darse la vuelta,
Con patadas,
con miles revueltas…
¡Todo en
vano!... hasta el día de hoy.
¿Qué pasó? Tía
Paloma, mezquina
Dijo así ¡Te la haré, ya verás!
Y en postura
que el mal dictamina,
Bajo aquel
corredor va y se quita
Cuando quiere
Morroco trepar.
Morrocoy cae y
se estrella estridente
Se golpea con
rudo traspiés.
Rueda varios
peldaños abajo,
Al zaguán y
con miles trabajos
Bota plata y
queda de revés.
Cuando escucha
todo lo que dicen
Sus amigos
allá en la reunión.
Con esfuerzo
febril, sobrehumano
Y formando
corneta con manos
Va y les grita… ¡yo así ya no voy!
¿Cómo
así que me insultan y ultrajan?
¡Dicen
todos que soy un ladrón!
¡Y
no ven que caí de las faldas
De
Paloma y quedé fue de espaldas
Al
caerme desde el corredor!
Cuando todos
lo escuchan, revientan
Carcajadas
como un batallón.
Mientras van y
bien raudo voltean
A Morroco y le
dicen ¡No Creas!
¡Era
embuste! Anda ve por el ron.
Llega el ron y
prosigue la fiesta
¡Y qué fiesta!
¡Más buena no hay!
Se acabó y
todo el mundo decía
Pobrecito
era que no podía
Morrocoy,
darse vuelta y andar.
Nunca
creas en la fiel apariencia
Aunque
fiel, puede serte falaz.
Guía
tu juicio más bien por las causas
Verdaderas, que dan pie a desgracias…
¡Sé
prudente, no seas lenguaraz!
Enero 6 de 2006
[1] Fábula
adaptada de una historia infantil tradicional de los departamentos de Córdoba y
Sucre, Colombia. Esta fábula en su versión popular me la refirió mi padre
cuando yo era niño, en mi natal Cereté (Córdoba); hoy la ofrezco en mi propia
versión rimada y revisada, para que mis coterráneos la degusten y la enseñen a
sus hijos, como una forma de preservar nuestro legado histórico, cultural y
espiritual.
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